El Plan Extraordinario de Empleo de la Junta de Comunidades muestra su invalidez para acabar con la temporalidad y estacionalidad
El número de parados en Castilla-La Mancha subió en 454 personas en el mes de noviembre, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo en Castilla-La Mancha, hasta situarse en un total de 178.984 desempleados.
La contratación temporal continúa alcanzando cotas muy altas (93,6 de contratos eventuales frente a un 6.4% de contratos indefinidos) y las diferencias territoriales siguen vigentes. El paro ha subido en cuatro provincias: Toledo (457 desempleados más), Albacete (220), Ciudad Real (123) y Cuenca (24). Sólo ha bajado el número de parados en Guadalajara (370).
Que Castilla-La Mancha tenga un total de 184.410 de demandantes de empleo no ocupados es una cifra enormemente preocupante. Ante este hecho, además de la precariedad que impera en el mercado laboral de la región, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) vuelve a poner en duda la eficacia del Plan Extraordinario de Empleo de Castilla-La Mancha 2015-2017, que ha supuesto un gasto para las arcas públicas de 2.150.000 euros a favor de CCOO, UGT y Cecam sin que haya servido para cambiar la calidad del empleo en la comunidad autónoma.
La Administración regional no puede ampararse en el hecho de hay 22.783 parados menos respecto a noviembre de 2016, ya que la estacionalidad y los contratos por días e incluso por horas son un mal a combatir. Asimismo, CSIF vuelve a pedir al Gobierno central la derogación de una reforma laboral que deja desamparado al trabajador.