El presidente de la institución provincial, Benjamín Prieto, y el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, han suscrito en Cuenca el convenio por el que se destinarán 9 millones al acondicionamiento de caminos durante las anualidades 2018 y 2019, de los que el 50% corren a cargo de la Diputación, el 37,5 a fondos europeos, el 8,75 a la Junta de Comunidades y el 3,75 restante al Ministerio de Agricultura
Benjamín Prieto, presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, y Francisco Martínez Arroyo, consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La Mancha, han rubricado este miércoles en la capital conquense el convenio de colaboración por el que se destinarán 9 millones de euros al acondicionamiento de caminos en todos los municipios de nuestra provincia durante los próximos dos años.
Un convenio que, según Prieto, llega con más de dos años y medio de retraso. Tiempo éste que lleva esperando la Diputación conquense para continuar con la dinámica inversora de la anterior legislatura, en la que se invirtieron en caminos más de 16 millones de euros con fondos propios de la institución provincial, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y fondos europeos.
A su juicio, no es de recibo que hayamos tenido que esperar a la recta final de la presente legislatura para ver cómo el Gobierno castellano-manchego activa los fondos europeos del Programa de Desarrollo Rural para el periodo 2014-2020, lo que, desde su punto de vista, denota una clara intención electoralista.
Aun así, el presidente de la Diputación ha mostrado su satisfacción por el hecho de que se vayan a invertir 9 millones de euros en dos años en el arreglo de caminos en todos los municipios de la provincia, incluidas las cuatro EATIM (Entidad de Ámbito Territorial Inferior al Municipio). Algo que, según ha recordado, dista mucho de la propuesta inicial del Ejecutivo de García-Page, que solo hubiera beneficiado a una treintena de localidades y a la que se opuso de plano esta Diputación por considerar que esta necesidad es generalizada en todos los pueblos de la provincia, independientemente de su tamaño.
En este sentido, echa de menos una mayor implicación presupuestaria de la Junta de Comunidades en la financiación de este convenio. Y es que la Diputación conquense hace frente al 50 por ciento de la inversión total, lo que supone 4,5 millones de euros, mientras que el Gobierno castellano-manchego se hace cargo del 8,75 por ciento, pese a contar con un presupuesto 120 veces superior al de la institución conquense. El resto de la inversión será sufragada en un 3,75% por el Ministerio de Agricultura y en un 37,5 por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER).
En todo caso, Prieto ha querido pedir a los Ayuntamientos de la provincia que sean determinantes en sus decisiones y opten por incluir en este convenio aquellos caminos más transitados y utilizados por los vecinos, porque, a su juicio, no se puede olvidar que se trata de una de las infraestructuras vitales para nuestros vecinos y sus explotaciones agropecuarias. Y así lo ha entendido la Diputación, que en los últimos seis años ha realizado un especial esfuerzo en este sentido y así pretende continuar en estos dos próximos años.
No en vano y paralelamente a este convenio con la Junta, la Diputación está a punto de licitar, con cargo al actual presupuesto, el acondicionamiento de cinco caminos rurales, a los que va a destinar un millón de euros de fondos propios. En concreto, se van a arreglar un total de 41,6 kilómetros de los caminos Belmonte-Las Pedroñeras, Ledaña-El Herrumblar, Santa María del Val-El Tobar (Beteta), Montalbanejo-Alconchel de la Estrella y Rozalén del Monte-Saelices.
Es por ello que Prieto confía en que, al igual que ocurriera con el anterior Ejecutivo autonómico de Cospedal, este convenio en materia de caminos no sea el único de esta legislatura y que su aportación financiera sea de más envergadura, en primer lugar, por su mayor potencial presupuestario y, en segundo, para aprovechar los fondos comunitarios de los que dispone antes de que se pierdan.
