Entrevista realizada por Isabel Monserrat
Itea Benedicto, femenina y feminista
«Escribo fantasía erótica porque soy una mujer libre»
La empresaria, actriz, soprano y escritora, nos da las claves de su éxito: empoderamiento, trabajo, confianza y constancia
Con solo 31 años, Itea Benedicto ya cuenta con más de un millar de representaciones a sus espaldas. Ahora se lanza al mundo de la literatura con una espectacular novela de fantasía publicada por la editorial Cuatro Hojas. ¿Pero cómo lo consigue? Nos lo cuenta en esta entrevista…
¿Cuándo empezaste a trabajar en esto?
Oficialmente abrí mi empresa cuando tenía 23 años. Monté por un lado la Escuela de Artistas Hollywood, que sigue actualmente abierta en Albacete ahora en un espacio más grande donde además tenemos teatro, y también por otro la Compañía de Espectáculos Profesional, con la que también continúo.
Pero realmente cuando alguien me pregunta siempre digo no elegí trabajar en esto, porque no ha sido una elección, sino una forma de vida desde muy pequeñita. Desde que tengo uso de razón ya estaba cantando, disfrazándome, inventando historias… Después, ya de adolescente me llamaban para actuar en bodas y otros eventos. Más que un trabajo es una vocación.
¿Qué supone ser una mujer empresaria? ¿Has tenido dificultades?
Cuando yo empecé, hace ocho años, o notaba mucho más que ahora. Alguna vez sí me tuve que imponer y decir “oye, aunque sea mujer, aunque sea joven, tengo mi empresa y sé hacer las cosas”. Siempre he creído que yo podía valer lo mismo que cualquiera independientemente de mi sexo o de mi edad.
Ahora ya no noto tanto estas trabas. No sé si porque mi empresa está más consolidada o porque la propia sociedad va concienciándose, se va haciendo más feminista. Y aun así, dificultades siempre las habrá, aunque consigo sobrellevarlas como tantas y tantas superwomen que hay en el mundo.
Eso sí, yo ya estoy en una edad en la que empiezo a pensar en formar mi propia familia, tener niños quizás… Y en ese sentido, por mucho que intentemos que exista igualdad, va a ser muy difícil que esta sea efectiva. Mi empresa depende de mí, de mi aportación artística. Me necesitan al pie del cañón y lo doy todo dirigiendo a mi equipo, creando historias, componiendo… No podría permitirme conciliar ahora mismo.
Muchas veces bromeo con mi marido y le digo que lo más cómodo sería que se quedases embarazado él, ¿no? Cogería el permiso por maternidad, seguiría cobrando, la empresa continuaría sin él y podría reincorporarse más adelante sin problema.
Detrás de todo este espectáculo, ¿quién es realmente Itea Benedicto?
Detrás de las cámaras, como se suele decir, está la misma persona. La Itea que ve la gente en un espectáculo infantil, haciendo ventriloquía, cantando ópera… es un reflejo de quién soy en realidad. Soy muy polifacética, me gusta hacer muchas cosas y, cuando hago mi trabajo, siempre procuro ser honesta. No me he dedicado al mundo del espectáculo para fingir, sino porque me considero artista, creadora, escritora ahora también. Acabo de sacar a la venta Diosa, el despertar de la isla, con la editorial Cuatro Hojas, una novela con drama, fantasía, romance, incluso con erotismo. Y todo eso es un poco la persona que soy. No me gusta encasillarme.
Ante todo, creo que soy una luchadora, con muchísimas, muchísimas carencias como tiene todo el mundo, pero siempre luchando por mis sueños con ilusión.
¿Cuál ha sido tu mayor logro?
Siempre digo que me quedan muchas, muchas cosas por hacer, pero estoy feliz, porque miro atrás y no me olvido de dónde vengo ni de lo que he conseguido.
Uno de los logros de los que me siento muy orgullosa es haber formado parte de un grupo de metal sinfónico, en el que era vocalista (soprano) y compositora de la mitad de los temas. Con este grupo sacamos dos discos que salieron al mercado europeo y al mercado japonés, y estuve en algunos de los festivales más importantes de España, como Leyendas de Rock y Viña Rock. Entonces tenía 19 años y fue una época muy bonita, pese a las críticas de la gente, que no entendía cómo, después de tantos años estudiando música, acababa en un grupo Heavy. Pero confío en mi instinto más que en las opiniones de los demás.
Ahora tengo 31 años y puedo decir que soy feliz, que hago lo que me gusta y que no me cohíbo. Mi público, mis lectores, perciben que disfruto con lo que hago y eso hace que ellos también disfruten.
Ahora acabas de publicar tu primer libro. Al margen de que es una historia de fantasía, ¿qué mensaje has querido transmitir?
Sí, acabo de publicar mi primera novela porque, al estar siempre rodeada de gente, quise, egoístamente, crear un trabajo más personal, olvidarme del espectador y centrarme en mí. Soy una gran lectora, me gusta mucho el género de fantasía, y cuesta encontrar libros que engloben fantasía, romance y erotismo, así que me puse a escribir el libro que a mí me gustaría leer. Quería una historia que llegase a la gente, principalmente a las mujeres, y que pudieran sentirse identificadas. Pero no solo quería entretener, sino también plasmar la realidad tal como yo la veo, denunciar la manera en la que la sociedad nos guía y nos condiciona para ser de una determinada manera. Todos tenemos potencial para crear una vida a nuestra medida y luchar por ello. Mi intención es animar a la gente a ser honesta consigo misma y a luchar por sus sueños.
¿Hay algo que no puedas hacer?
Bueno, muchísimas cosas. De hecho hay algo que se me da fatal y es cocinar. Puedo entrar a la cocina a freír un huevo frito y puedo acabar en llamas. Cocinar me relaja. El problema es que luego no hay nadie que se pueda comer lo que cocino. Hay muchas cosas que no se me dan bien, eso es cierto. Pero si hay algo que no sé hacer intento esforzarme por aprender.
¿Un consejo para otras mujeres?
Que luchen por lo que les guste y les haga felices. Que se olviden de los convencionalismos sociales. Que intenten ser ellas mismas. Que se sienten con ellas mismas y se pregunten “¿qué me gusta?, ¿qué me gustaría ser?”, y vayan a por ellos, porque la vida es un regalo que debemos aprovechar.