Mientras que en Champagne el millésimé se considera generalmente sinónimo de excelencia para las Cuvées de Prestigio, en Laurent-Perrier están convencidos que el arte del ensamblaje puede permitirnos crear lo que la Naturaleza nunca nos dará, la añada perfecta.
Cuando Bernard de Nonancourt tomó las riendas de la empresa familiar en 1948, su ambición era llevar Laurent-Perrier al más alto nivel gracias a una única gran cuvée. Es a través de la observación de la Naturaleza que se da cuenta de que ningun millésimé, aun sindo excepcional, será suficiente para alcanzar la perfección que tiene en mente. De hecho, en Champagne, todos los millésimés revelan grandes diferencias tanto en las características como en el estilo. Apoyándose en el «Arte del Asemblaje», Bernard de Nonancourt comprende que puede reunir estos atributos para que se complementen y creen la perfección con la que sueña. Una perfección que la Naturaleza, por sí sola, o el millésimé, no podía aportarle.
Grand Siècle nació de esta idea única en 1959: recrear la añada perfecta.
La expresión de la añada perfecta es la de un gran vino de Champagne que tiene un largo potencial de envejecimiento y que, con el tiempo, desarrolla profundidad, intensidad y complejidad aromática, conservando su frescura y vivacidad.
Para conseguir esta expresión, el ensamblaje de Grand Siècle se basa en principios que ya son inmutables:
- Se eligen tres añadas excepcionales por su complementarie- dad entre las añadas excepcionales de Laurent-Perrier.
- En cada una de estas añadas, se selecciona una mayoría de Chardonnay complementada con Pinot Noir, procedente de un máximo de 11 Grands Crus seleccionados entre los 319 Crus de la región de
Una crianza prolongada en bodega de 10 años sobre lías para el formato botella de 75 cl. y algunos años