Mamen Salvador Pérez, de Los Yébenes (Toledo), se sometió hace dos años a una operación de reducción de estómago. Este tipo de intervención se realiza cuando otros tratamientos o las dietas no funcionan. Mamen ha reducido su peso 47 kilos.
No es ninguna exageración, el 22 por ciento de la población de Castilla-La Mancha tiene obesidad, según datos del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE), que también señala que el 38,9 por ciento de los castellano-manchegos tiene exceso de peso, suponiendo la tasa más elevada de España.
Ser obeso o tener sobrepeso depende de un gran número de factores, así lo cuenta Mamen Salvador Pérez de los Yébenes (Toledo) que, tras numerosos tratamientos y dietas, decidió someterse a una reducción de estómago hace dos años.
“Tomar la decisión no es fácil… Tras un periplo de mucha información y asesoramiento, llegué a Centro Médico Enova de Toledo porque pesaba 104 kilos, veía que tenía una edad y me daba miedo encontrarme con un problema grave, que me diera un infarto, un trombo… me obsesioné con ello, con la salud. Aunque con el paso del tiempo me he dado cuenta que verte bien también es muy importante, te da seguridad y te sientes fenomenal”.
A día de hoy Mamen pesa 47 kilos menos que hace dos años. “Antes de la operación yo tomaba una pastilla diaria para la tensión arterial, que a día de hoy ya no tomo, también estaba al límite de la diabetes, también ha desaparecido. Ahora peso 47 kilos menos que hace dos años y tengo una analítica estupenda”.
Mamen Salvador pasó meses visitando clínicas que no le daban la seguridad que ella necesitaba. “Yo quería hacerme algo muy específico, pero primero estaba mi salud. Esto es un proceso largo, yo era la paciente, y necesitaba un sitio que me tratara con mucho respeto, mucho cariño, mucha confianza y entonces eso da lugar a que tú también te sientas bien; finalmente lo conseguí”.
No obstante, fueron meses de pruebas hasta que Mamen consiguió el sí de los doctores para poder hacerse la cirugía de reducción de estómago. “Esto no es de la noche a la mañana, son meses de pruebas de todo tipo de pruebas, con un control riguroso”.
Factores a tener en cuenta
Mamen explica que “este proceso no solamente es la cirugía, tú tienes que reconducir tus hábitos. Yo antes tenía una relación con la comida totalmente diferente a la que tengo ahora, psicológicamente tienes que estar muy preparada, aunque el equipo de profesionales de la clínica que yo elegí también me ayudó”.
“Si tú no pasas el proceso y el “examen psicológico” te echan para atrás. En otras palabras, si tú no vienes preparado para lo que supone este tipo de intervención o no estás al cien por cien (aunque te lo refuercen con la psicóloga), no te operan”.
Aprender a comer
Como todos sabemos, cada intervención quirúrgica lleva un proceso y una reducción de estómago más si cabe, pues hay que aprender a comer de nuevo. “Al principio es la nutricionista la que te orienta sobre qué comer y qué no, porque tú no conoces tu nuevo estómago. ¡Pero, sí!, mis hábitos alimenticios han cambiado muchísimo, yo antes no sabía lo que era “estar saciada”, ahora llego a un tope en el que yo digo ¡hasta aquí!”.
“La diferencia entre antes de operarme y ahora es muy grande, yo no llego con esa ansiedad de querer comer, yo antes comía tres veces al día, ahora como 5, entonces los hábitos cambian. También te das cuenta que la grasa no la toleras igual y eso te ayuda porque buscas otro tipo de alimentos como verdura, carne, pescado… Oye, que también me puedo comer un bombón, pero todo en su justa medida. Igualmente, el ejercicio es fundamental”.
Un mensaje de ánimo para todas las personas que se encuentran inmersas en el mismo proceso
“Mi vida ha cambiado radicalmente gracias a la operación, que repito, no es una operación de estética, es una operación de salud. Yo siempre he sido una persona alegre, pero no era completamente feliz porque tenía mis complejos, pero ahora mi vida es felicidad”.
“Después de la operación tienes más ganas de hacer deporte, de salir, de vestirte, de mirarte en el espejo, yo no podía ni mirarme. Ahora, sí, me miro y pienso “me gusta como estoy” … te da una seguridad tan grande que para mí es lo mejor que me ha podido pasar en muchos años”.