El lanzamiento de petardos y otros artefactos supone una tortura para personas con TEA, hiperacusia y con diversidad funcional
Los fuegos artificiales generan contextos de miedo a numerosos animales de familia y a la fauna silvestre próxima
Naturalistas piden sustituir estas actividades por alternativas de bajo o nulo impacto sonoro
La Fundación Franz Weber ha realizado un llamamiento a la ciudadanía para celebrar una Nochevieja sin generar daños a colectivos vulnerables y al conjunto de la biodiversidad, y por ello reclama no emplear productos pirotécnicos como forma de festejar.
Los naturalistas señalan que el lanzamiento de petardos y la organización de espectáculos de fuegos artificiales suponen una auténtica tortura para personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), personas con hiperacusia, EPOC o con otros contextos de diversidad funcional.
Estos riesgos no solo provienen por el ruido producido por las detonaciones, ya que la exposición a los humos metalíferos es potencialmente negativa para pacientes de EPOC y demás dolencias respiratorias, como podría ser el asma.
Mayores y bebés son también franjas de edad que deben evitar la exposición a la pirotecnia, puesto que el impacto de estos elementos es precursora de dolencias auditivas.
Un momento terrible para los animales y la Naturaleza.
FFW explica que los fuegos de artificio superan fácilmente los 110 decibelios y esto genera una reacción enorme en los animales, ya que gran parte de las especies que conviven en nuestros hogares tienen aparatos auditivos mucho más sensibles que las personas, como perros, gatos o roedores.
Los animales llegan a sentir shocks, ataques de ansiedad y de epilepsia, y hasta fallos cardíacos que derivan en muertes. Por ello siempre es recomendable alejarlos del impacto sonoro en espacios de las viviendas alejados de las detonaciones, bajando persianas y colocando elementos habituales de juego y alimento.
Sin embargo la fauna silvestre no dispone de estos mecanismos humanos, por lo que las detonaciones pueden llegar a causar cientos de muertes en solo una noche, como sucedió en Roma durante las celebraciones del 1 de Enero de 2021, donde los petardos dejaron un reguero de pájaros muertos en sus calles.
Los Ayuntamientos tienen alternativa, la ciudadanía también.
En los últimos años la ONG naturalista ha documentado celebraciones a lo largo del planeta que renuncian al uso de pirotecnia. Los espectáculos nocturnos de drones, el uso de fuegos artificiales de bajo impacto sonoro son algunos ejemplos de producciones a cargo de administraciones públicas, que en los ámbitos familiares pueden centrarse en adornos o elementos fluorescentes, serpentinas o el uso de luces led de colores.