La muerte es profunda y elástica, la muerte es profunda la muerte es perfecta porque nos pone en situación de la vida y como un jaque mate nos viene avisando largo tiempo de su acontecer implacable.
¿Qué día llegará me digo? La muerte actúa como un faro de luz avisando siempre que está ahí para que no te equivoques y atraques en un puerto prohibido.
¿Que podría hacer con 1.000 años de vida? Nada, no haría nada, ya que postergaría mis decisiones importantes para el siglo que viene Entonces el hombre, el ser humano no construiría nada, no perdonaría, no empezaría de nuevo Sería un ser tibio, sin corazón, una especie fría tipo máquina.
Menos mal que existes porque nos vistes nos pones la ropa adecuada sin decirnos nada ya que el tiempo no vale nada.
La amiga muerte es paz, es descanso, es termino de persecución de cosas que son una ilusión.
La muerte nos adelgaza y nos da una calabaza para que no nos creamos que somos la masa.
Ella limpia, alinea a todos en el mismo marco, suaviza y todo lo organiza.
Ella no lucha, no disiente, no grita, no se impone no declara la guerra, sino que solo aguarda detrás de cómo un caballero oscuro y duro en un lugar indómito y llega sin tener que presentarse ni acreditación y sin avisarme.
La muerte no cobra, nadie la mantiene, sino que ella es necesaria.
Ella nos habla todos los días desde el oráculo y la sentimos como un susurro lo que pasa que no siempre le hacemos oídos.
Ella es presencia, es conciencia e infinita paciencia que por supuesto ella va más allá de toda enorme ciencia.
La muerte es justicia y organiza la estulticia.
Es destino para que te pongas fino.
Gracias a la muerte y su presencia que me ha dado tanto.
Jesús Antonio Fernández Olmedo
