La Plaza Mayor acogió la I Edición de un Festival en el que actuaron María de la Flor, Anna Colom, Las Migas, Valeria Castro, Silvana Estrada y Buika
Sigüenza se sumó a la celebración de la Noche Patrimonio, con el Festival ‘Mujeres, Patrimonio’ en el que actuaron siete artistas, dando visibilidad a cantantes y compositoras que trabajan entre la tradición, el folclore y la vanguardia musical y que están llenas de energía y de talento.
Irene Estrella, directora del Festival, agradecía la colaboración del Ayuntamiento de Sigüenza, especialmente a su alcaldesa, María Jesús Merino, para convertir en realidad este proyecto, cuando sólo era un dossier, un trocito de papel, y también de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través de la Fundación Impulsa, y del resto de patrocinadores, como Vermút Mila, Madame Vodevil o SlowLove, la firma de moda que vistió anoche a todas las artistas. De hecho, en la Plaza Mayor de Sigüenza, presenciando el concierto, estuvieron sus creadoras, las periodistas Isabel Jiménez y Sara Carbonero.
“El Festival tiene como objetivo poner en diálogo voces patrimoniales con espacios monumentales, como en este caso la ciudad de Sigüenza. El nombre es muy descriptivo y explica de forma muy sencilla los dos pilares del festival. Por una parte busca promover el arte y la música liderada por mujeres, contribuyendo a mejorar la presencia de la mujer en la música, apoyando a jóvenes artistas, y por otra parte, también pretende cuidar y preservar y ofrecer un buen uso del patrimonio de nuestro país. Como generación, también queremos sumar nuevas propuestas”, señala la directora.
El Festival ha sido una más de las actividades del IX Centenario de Sigüenza, “en un momento muy especial, en el que Sigüenza y su comarca, optan a ser Patrimonio Mundial de la UNESCO”, añadía.
Precisamente una de sus espectadoras fue la alcaldesa de Sigüenza. “Con ‘Mujeres, Patrimonio‘ llega a la ciudad una novedosa idea musical que se fragua desde el Ayuntamiento, y que forma parte del programa de actividades del IX Centenario de la Reconquista de Sigüenza, un programa en el que no podía faltar un apoyo explícito a la igualdad, representado, en este caso, en estas jóvenes artistas que han conjugado su talento con la monumentalidad de nuestra ciudad. El Festival tiene intención de consolidarse y seguir creciendo, con esta misma filosofía, de la búsqueda de la igualdad de género y la paridad, también en el mundo de la música”, señalaba anoche la regidora. Merino quiso también agradecer su esfuerzo y dedicación a la organización del festival, “que ha ido mucho más allá de lo profesional”, el apoyo de los patrocinadores, y, una vez más, de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y “la presencia de personas públicas, como Sara Carbonero o Isabel Jiménez, que no solo han apoyado el festival, sino que también le han dado vida desde sus redes sociales”, terminaba.
El Festival dio la oportunidad a cada una de las artistas de presentar su trabajo, proponiendo un diálogo entre culturas y géneros musicales, y, a partir de la una y media, en una tarde seguntina en la que lució el sol, pero en la que nunca hizo calor excesivo, el talento de las artistas fue extendiéndose por las vetustas piedras de la Plaza Mayor y de la Catedral.
La primera en actuar fue María de la Flor, joven artista que acaba de estrenar su primer disco, con un cuarteto de cuerdas y voz. Violinista, cantante y compositora, la formación de María de la Flor en músicas tan distintas como el jazz, el flamenco o la música clásica la dotan de un poso y una profundidad casi inéditos en el circuito de la nueva canción castellana.
Anna Colom trajo hasta Sigüenza ‘Cayana’, un disco y espectáculo inspirado en los cantes de ida y vuelta que fundieron la música popular ibérica, latinoamericana y los cantos primitivos. Inspirado en todos los folclores y músicas de raíz que han influenciado al flamenco a lo largo de la historia, la “callana” o “crisol” es un recipiente donde se recogen los metales fundidos, en este caso los cantos de los pueblos, los ritmos folclóricos y los bailes populares para fundirlos en una única música universal que viajó por dos continentes y un océano hasta desembocar en los palos flamencos como: la milonga, la rumba, la guajira, la vidalita o la colombiana.
Emilia y Pablo, dúo chileno afincado en Madrid que combina su experiencia en las artes escénicas con una mezcla única del folclore latinoamericano y el flamenco, defienden el folclore como un lenguaje universal que permite indagar en diferentes influencias, ya vengan de sonidos latinoamericanos como el joropo, el bolero o la chacarera o de la cultura flamenca. Emilia calificaba en Sigüenza el festival de “necesario”, por propiciar el encuentro entre mujeres artistas, y por hacerlo en lugares alejados de las grandes ciudades.
Las Migas llevan más de dieciocho años conquistando escenarios nacionales e internacionales, dejando claro anoche en Sigüenza por qué se han convertido en todo un referente del flamenco más valiente y alegre. Con una nominación a los Latin Grammy y un Premio de la Música Independiente (MIN) al Mejor Álbum Flamenco por su último disco “Cuatro”, Las Migas son una de las bandas consolidadas más mágicas e internacionales. Las Migas han conocido el mundo gracias a la música y precisamente esos viajes les han hecho conscientes del valor del patrimonio español, “el que tenemos aquí, tan cerca”.
La jovencísima Valeria Castro, dueña de una voz sensible, frágil, propicia para el escalofrío emocionó al público desde el principio hasta el final del concierto. Nacida hace 22 años en La Palma, la tercera de las hermanas Castro pertenece a esa generación novísima familiarizada con la terminología del trap, los tanganas, el reguetón o el perreo, pero su voz, en abierto contraste, se alza sabia, enraizada y antigua.
La celebración de la Noche del Patrimonio de Sigüenza llegaba a su fin con las actuaciones de Silvana Estrada y de Buika. Silvana Estrada canta desde lo profundo, relatando las emotivas historias de su juventud con una voz que se beneficia del legado de la canción latinoamericana y la trae al siglo XXI. Considerada como “una de las mejores cantantes y nuevas compositoras de México” por José Galván de KCRW, Silvana, de 24 años, es punta de lanza de un movimiento de mujeres artistas e independientes que han representado la música alternativa latinoamericana durante la última década. Su actuación encandiló al público seguntino.
El festival terminó con la actuación de María Concepción Balboa Buika. Nacida en Mallorca, hija de padres ecuatoguineanos de la tribu Bubi, creció rodeada de múltiples culturas. Desde la infancia, disfruta de una variedad muy atípica de influencias musicales. Buika comienza su gira internacional “Buika World tour” en enero 2003; nunca ha cesado y vuelve a confiar en la fusión que tiene cierto protagonismo, al destacar elementos de jazz, junto a sus giros y aires similares al flamenco, latin jazz, reggae, entre otros estilos musicales, para interpretar piezas de su repertorio y autoría. Sus arreglos arriesgados e incluso improvisados sobre el escenario, crearon piezas mágicas e inolvidables en la noche seguntina.