Seis meses después de la escalada del conflicto en Ucrania, las necesidades humanitarias dentro y fuera del país continúan creciendo. Con todo el sistema humanitario al límite, el conflicto podría tener impactos permanentes en la capacidad de las organizaciones y sus donantes para responder en la crisis de Ucrania y en emergencias en otros lugares.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), la Cruz Roja de Ucrania y otras 46 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja continúan ampliando una de sus mayores respuestas en la historia para satisfacer las necesidades humanitarias.
“La gente está en un punto crítico de quiebra. El coste humano sigue aumentando y el sufrimiento ha sido inimaginable para millones de personas. Los devastadores efectos colaterales solo aumentan a medida que el conflicto se prolonga con el aumento de los precios de los alimentos y el combustible y el empeoramiento de las crisis alimentarias. La Federación Internacional continúa creciendo con la necesidad humanitaria, pero no podemos hacerlo solos”, ha señalado el presidente de la FICR, Francesco Rocca.
En Ucrania y los países vecinos, la inflación y la escasez de productos esenciales, como combustible y alimentos, afectan la capacidad de las personas para pagar los suministros básicos. La llegada inminente de un clima más frío en las próximas semanas traerá necesidades humanitarias adicionales. Si bien hemos visto una increíble demostración de generosidad, estas tensiones económicas pueden afectar a los países anfitriones que pueden ayudar a las personas que han huido del conflicto. Además de esto, las personas que han huido están atrapadas entre empezar de nuevo o volver a la incertidumbre y al peligro potencial.
El conflicto sigue teniendo consecuencias de largo alcance. El coste de los alimentos ha subido en todo el mundo. Ucrania es uno de los mayores exportadores de cereales del mundo. Las exportaciones de granos del país han bajado un 46 por ciento en lo que va del año. Esta caída masiva está teniendo un gran impacto en el Cuerno de África, donde más de 80 millones sufren hambre extrema, la peor crisis alimentaria de los últimos 70 años.
Dado que millones de personas han sido desplazadas, más de 100.000 voluntarios, voluntarias y personal de la Cruz Roja local se han movilizado rápidamente en Ucrania, en los países limítrofes (Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Moldavia, Rusia y Bielorrusia) y en otros 17 países de la región.
El director de la Cruz Roja de Ucrania, general Maksym Dotsenko, ha señalado que “la gente ha tenido que dejar todo atrás y escapar con vida, muchos están viviendo y planificando el día a día. Con el invierno a la vuelta de la esquina, sabemos que esto será cada vez más difícil para las personas que necesitan lo básico para sobrevivir: un lugar cálido para vivir, alimentos, bienes y servicios”. “Nuestro personal y voluntariado continúa trabajando las 24 horas para apoyar a las personas, incluso cuando muchos se preocupan por sus propias familias y su seguridad. Sin embargo, continúan poniéndose el chaleco de la Cruz Roja para brindar ayuda crítica a quienes la necesitan. Estamos enfocados en ser adaptables, flexibles y receptivos a lo que suceda a continuación”.
Se desconoce mucho sobre el futuro de la crisis humanitaria en Ucrania; incluso si el conflicto terminara mañana, se necesitarán años para reparar los daños en las ciudades y los hogares y el impacto en las familias. Esta perspectiva requiere que las organizaciones humanitarias, los gobiernos y los donantes se comprometan a largo plazo por lo que será necesario encontrar nuevas fuentes de financiación y recursos fuera de los presupuestos humanitarios.
Guiada por la imparcialidad, la Federación Internacional, junto con otros miembros de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, continuará ampliando sus actividades, brindando ayuda humanitaria esencial; asistencia en efectivo y cupones; atención médica, incluido el apoyo a la salud mental, primeros auxilios y suministros y atención médica; y agua y saneamiento.
La actuación de Cruz Roja Española
En Ucrania, la Cruz Roja ha atendido a 5,4 millones de personas, respuesta que se extiende por todo el continente europeo donde la Cruz Roja está atendiendo en 15 países a las personas que se han visto obligadas a huir del país. En España, han sido más de 112.000 las personas atendidas por Cruz Roja en el sistema de acogida. Cruz Roja Española ha desplegado en los seis meses que dura la escalada del conflicto a 32 delegados y delegadas internacionales en distintas rotaciones para colaborar con la Federación Internacional de la Cruz Roja en la gestión del voluntariado, logística, coordinación sobre el terreno, distribuciones, asuntos de protección de género e inclusión, salud, agua y saneamiento, despliegue y atención de albergues, medios de vida y soporte en remoto del software desarrollado en España para la gestión de voluntariado en las Sociedades Nacionales.
En España, Cruz Roja ya ha atendido a 112.416 personas (67% mujeres), gracias a 7.754 personas voluntarias en todas las comunidades autónomas del país; del total, 112.159 han sido atendidas en el marco del sistema de acogida e integración de la Secretaría de Estado de Migraciones.
Además, 12.710 personas han sido atendidas a través del teléfono o las redes sociales corporativas de Cruz Roja Española, donde desde la escalada del conflicto se estableció atención 24/7 en castellano, inglés y ucraniano para facilitar la comunicación. Casi 260 personas también han podido reencontrarse con sus familiares gracias al proyecto ‘Restablecimiento del contacto familiar’, coordinado por todas las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja, y 10.350 niños y niñas han disfrutado de actividades de ocio y tiempo libre gracias a la atención que les ha prestado Cruz Roja Juventud.
En este contexto no hay que olvidar que Cruz Roja Española también realizó un envío de 16.000 toldos plásticos, 6.420 kits de cocina y 10.000 mantas al inicio de la crisis, a los que se han sumado más productos: 13.500 esterillas, 2.500 kits de almohada, cama y manta, 10.000 paquetes de comida familiar y 6.000 kits de higiene (entre los que se incluyen kits para bebés).
