Yo no maldigo mi suerte porque inviolable nací y aunque nos ronde algún juicio yo nunca los perdí No me da envidia el dinero porque con la maquina que tengo de hacer dinero hago lo que quiero.
Hago lo que quiero.
Bajo y saludo a las plebes ministros , reyes y me como en Galicia percebes.
Soy inviolable y de mi mal que no se hable que puedo rechistar hasta en el idioma Bable y sino que se lo digan a este que sacó el sable.
Me levanto si quiero y sino estoy sentado , ante mi , todos acojonados.
Soy inviolable porque temple mi corazón con sinvergüenzas y Sigüenza ni en un acto publico siquiera tengo por que tener paciencia.
Soy Jefe de Estado pero aunque se que nadie de mi está enamorado molesto ya sin practicar incesto a ministros , jefes de gobierno porque para mi la vida no es un infierno.
Compañero, tu dile al mundo entero la taranta de «todos somos iguales ante la ley » y que así nadie a mi me ponga pero.
Compañero, vivo en la Zarzuela donde no tengo ni dolor de muela, que al compas de la prepotencia aunque se que no estoy en una gran potencia puedo mantener una ciencia y parte de mi inteligencia en ser el mantenido porque en menuda cuna he nacido.
Artículo de opinión Jesús Antonio Fernández Olmedo