Por Miguel Salas Parrilla
En un artículo anterior incidimos sobre la Gestión de nuestros tres castillos más emblemáticos (Alarcón, Belmonte y Garcimuñoz) y aconsejamos la creación y puesta en valor de la Ruta de los Castillos del Marquesado de Villena en la Provincia de Cuenca, una antigua idea con múltiples beneficios para la economía de la zona que no se termina de desarrollar.
En este artículo vamos a tratar un tema al que el público está menos habituado a oír hablar, es la Gestión de nuestras torres medievales. La visita a los castillos ya es una tradición tanto en España como en nuestra provincia, pero no ocurre otro tanto con la visita a las torres.
Uno de los ejemplos a imitar es la Torre Vieja de San Clemente, ubicada en el centro de la población. Desde que se hizo la segunda intervención en el año 1998, la torre se convirtió en el Museo Etnográfico de la Labranza. Su visita es gratuita y su mantenimiento corre a cargo del Ayuntamiento de la población, este lujo es posible para un núcleo poblacional de 7.000 habitantes, pero no lo sería para una población inferior a los 1.000 habitantes que son los pueblos que predominan en la provincia.
Torre Vieja de San Clemente
Es una pena que la Torre del Monje, ubicada en el estrecho de Villares del Saz, al lado de la cueva prehistórica y de la Venta de San José, se esté cayendo sin que nadie intervenga para evitar su ruina. Al pertenecer a 43 propietarios, ninguno de ellos se siente tentado a invertir ni un euro en la consolidación y conservación de la torre. Por otra parte, la Diputación Provincial, con la excusa de que es de propiedad privada, en lugar de expropiársela a sus propietarios, nunca consideró la idea de intervenir en ella. Es una oportunidad perdida porque en unos años ya no cabrá la posibilidad de ocuparse de ella.
Esta torre fue levantada hacia 1179 por Pedro Manrique de Lara, después de la conquista de Zafra. Probablemente se trate de la primera torre de repoblación levantada en la provincia de Cuenca en tiempos del rey Alfonso VIII. Hay documentación que atestigua que en el año 1210 fue donada, junto con los terrenos colindantes, por don Diego López de Haro II al monasterio de Huerta (Soria) y desde entonces comenzó a denominarse Torre del Monje o de la Monjía en honor a sus propietarios.
Torre del Monje
Perteneciente a la misma red de torres de repoblación es la Torre del Calabozo en el actual término municipal de Cervera del Llano. Aunque en el año 2019 la Diputación Provincial dio una cantidad inicial de 30.000 euros para su estudio y obras iniciales, el desembolso no es suficiente para su puesta en valor y visita. Previamente hay que realizar una labor de excavación de su entorno próximo y después acometer las obras de consolidación, restauración y puesta en valor de la torre dotándola de una escalera que permita su visita a estudiosos y turistas. Es la torre más bonita de la provincia, levantada a finales del siglo XII por orden del rey Alfonso VIII con motivo de la colonización de la zona recién conquistada.
Torre del Calabozo
En Uclés, frente al monasterio, tenemos las torres del Póntido y del Palomar, que se consolidaron en el año 2001, pero que no se convirtieron en visitables, Aunque una visita detenida al monasterio de Uclés, tanto en su interior como en su exterior, da bien para un par de horas o más, para profundizar en el conocimiento de Uclés y de su historia medieval recomendamos la visita al interior de estas dos torres que además tienen el atractivo de estar comunicadas entre sí por medio de un puente en su último piso. Para ello previamente habría que convertirlas en visitables, tarea que es muy fácil con una pequeña inversión de dinero.
Torre del Póntido
Alarcón, junto con Belmonte, es el enclave fortificado más visitado en la provincia por los turistas. Consideramos que su Torre del Campo, obra de don Juan Manuel en los primeros años del siglo XIV es un potencial turístico que todavía está por explotar. Previa restauración y museización debiera convertirse en un centro de interpretación donde se explique con cartelería y vídeos el sistema fortificado de Alarcón y también se exponga su variado patrimonio, no solo el castillo sino también sus cuatro iglesias actuales, su Ayuntamiento que aprovecha una magnífica lonja renacentista e incluso el palacio de los Castañeda.
Torre del Campo en Alarcón
La conservación de nuestros de nuestros monumentos medievales no ha de ser necesariamente una inversión a fondo perdido para las arcas municipales o de la Diputación. Una buena gestión de los mismos ha de traer turistas que los visiten, gasten su dinero en las tiendas, bares y restaurantes o pernocten y con su aportación contribuyan a mejorar el nivel de vida de las poblaciones donde se ubican estos monumentos.