Decenas de personas, entre ellas muchos niños, han acompañado a los Danzantes, que han ejecutado ante la ermita de la Virgen su tradicional danza
Villacañas celebraba ayer la víspera de la festividad del Cristo de la Viga, que comenzaba a las 8 de la mañana con la tradicional reseña con el tambor y la dulzaina, que partía desde la casa del Capitán de la cofradía para visitar después las casas de los cofrades y terminando en la casa del Mariscal, máxima autoridad de la cofradía. Desde allí, y ya con los Danzantes del Cristo ataviados con pantalón y chaleco de color negro y camisa blanca, la comitiva partía hacia la ermita de la Virgen. Allí, decenas de personas, entre ellas muchos niños y niñas ataviados con traje de danzante, recibían en el exterior de la ermita a cofrades y danzantes, que ofrecían ante los asistentes la danza completa, en lo que es el primer acto destacado de esta jornada.
Por tarde, los Danzantes cambiaban el traje negro por los hermosos trajes blancos de enaguas y celebran en la iglesia parroquial las Solemnes Vísperas, tras las cuales ejecutarán cuatro danzas en otras tantas casas de cofrades.
Ya por la noche, la comitiva recogía a las autoridades en la Plaza de España para dirigirse hasta la Glorieta del Prado donde se lanzaba la tradicional pólvora en honor al Santísimo Cristo de la Viga. Tras el lanzamiento de los fuegos artificiales quedará todo listo para celebrar hoy 1 de mayo el día grande, la festividad, que cada año acoge a miles de vecinos, ausentes y visitantes que se acercan hasta Villacañas para revivir o conocer por vez primera una tradición de varios siglos de antigüedad que cada año se renueva.