Castilla-La Mancha cuenta con alrededor de 600 alumnos que tienen algún tipo de discapacidad física. La falta de estabilidad de los fisioterapeutas en centros educativos ordinarios repercute en la calidad de la intervención
Castilla-La Mancha cuenta con alrededor de 600 alumnos con discapacidad física, distribuidos entre sus cinco provincias y, con tan solo 45 profesionales de esta rama sanitaria trabajan de manera itinerante por los centros educativos ordinarios de infantil, primaria y secundaria, con contratos temporales que tienen su inicio a mediados de septiembre, ya comenzado el curso escolar, y finalizan a mediados de junio de dicho curso.
El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla – La Mancha (COFICAM), apoya la creación de puestos fijos dentro del colectivo de fisioterapeutas que trabajan en educación “ya que la estabilidad es un requisito imprescindible para el conocimiento de un ámbito tan específico como es el educativo, así como para poder ofrecer una Fisioterapia de calidad dirigida a favorecer la inclusión del alumnado con discapacidad física en el entorno natural de la escuela, como indica la normativa sobre inclusión educativa de Castilla la Mancha”, afirma Javier Merino, vocal de COFICAM en Toledo.
Este colectivo lleva mas de 15 años encadenando contratos temporales. “Durante este tiempo COFICAM ha mantenido reuniones de manera periódica para tratar la necesidad imperiosa de estabilidad de los puestos de trabajo, creando plazas fijas por zonas o áreas de intervención, la regulación de las itinerancias, así como la necesidad de actualizar la normativa específica para el fisioterapeuta de educación, que contemple, entre otras cuestiones importantes, unos criterios objetivos y equitativos de elegibilidad del alumnado que va a recibir el apoyo del fisioterapeuta en el entorno educativo”, apunta Merino.