La empresa CTL y el Ayuntamiento trabajan por evitar nuevos focos de proliferación en las próximas semanas, mediante tratamientos preventivos.
El tratamiento de 720 imbornales en el municipio y la limpieza de los balsones pluviales, así como su posterior mantenimiento, contribuyen a mitigar la plaga de estos insectos.
Javier Escribano, concejal de Parques y Jardines en el Ayuntamiento de La Roda (Albacete)), y el de medioambiente, Luís Fernández, han comprobado el tipo de tratamiento que se aplica durante estos días por parte de la empresa contratada para mitigar la plaga de mosquitos que asola a la población entre abril y mayo y septiembre y octubre y evitar la reproducción de larvas.
Según ha informado Fernández, «se trabaja sobre humedales y 720 imbornales que cuentan con agua estancada y que pueden servir de foco de proliferación de estos insectos». El tratamiento específico que se desarrolla actualmente, como ha explicado Lorenzo Caballero, de CTL Sanidad Ambiental, consiste en «la aplicación de un polímero, es decir, una sustancia ecológica, para evitar la reproducción de larvas«, así como la aplicación de una bacteria con una funcionalidad similar.
Fernández, ha reconocido que «los mosquitos son un problema que venimos arrastrando año tras año y una molestia que todo el mundo conoce«. También ha explicado que, una vez comprobado en este año que los recursos con los que cuenta su área «son insuficientes para potenciar los protocolos de actuación, se optó por contratar, durante este verano, a la empresa encargada de gestión de plagas».
Entre las tareas desarrolladas «se ha elaborado un diagnóstico inicial, con radiografía de la situación de partida y análisis de la tipología de moquitos que tenemos en nuestro pueblo«. Por otra parte se han diseñado las actuaciones concretas para que sean efectivas y «la evaluación y seguimiento de las medidas aplicadas para ver su índice de efectividad».
Según ha detallado, las áreas de actuación han sido principalmente, en los balsones y humedales, procediendo a su limpieza; el millar de imbornales que existen en La Roda, trabajando sobre más de 700 y zonas verdes y solares urbanos del centro urbano. Tenemos por delante «una última prueba de fuego más en octubre, ya que es un mes en el que vuelven a reaparecer y esperamos que con estos medios se obtengan los frutos que esperamos».
