A lo largo del puente, se han sucedido los eventos musicales y gastronómicos con los que la localidad trillana envuelve la fe que le profesa a su patrona.
La localidad trillana de Morillejo ha celebrado en este lago fin de semana sus fiestas patronales en honor de la Inmaculada Concepción. La tónica dominante ha sido, como cada año, “la participación y buena armonía entre los hijos del pueblo”, valora Ismael Sotodosos, alcalde pedáneo de Morillejo. Lo que no ha sido nada habitual han sido las temperaturas, bastante más altas de lo acostumbrado en estas fechas.
Los morillejanos, o rondajos como se les conoce por su afición a la música, han honrado a su patrona según la costumbre. “A diferencia de lo que ocurre en otras localidades, aquí en Morillejo, no hemos trasladado la fiesta al verano”, recordaba en la mañana de ayer el que es subastero de las andas de la Virgen desde hace treinta años, Luis Miguel Sotodosos. A lo largo del puente, se han sucedido los eventos musicales y gastronómicos con los que la localidad trillana envuelve la fe que le profesa a la Inmaculada. Discoteca móvil, ronda por las calles, mariachis, charanga y grupos se encargaron de lo primero. La matanza del cerdo, en la que se involucran todos los morillejanos, ha sido lo más destacado en el segundo aspecto.
Ayer, día de la Inmaculada Concepción, a partir de las 13:15 comenzaba la Misa, que ofició el párroco de la localidad, que también lo es de Trillo, Santiago Jiménez. “Celebramos una de las fiestas más importantes de nuestra madre, la Virgen, en la que recordamos su fidelidad a Dios, y su nobleza, cuando dijo ‘hágase en mí, según tu voluntad’”, explicaba el cura.
Al terminar la Misa, la imagen de la Inmaculada salía en procesión, siguiendo su recorrido habitual, que comienza en la calle Real. Al llegar a la Plaza de Abajo, la procesión hacía una parada para que se efectuara la primera subasta de las andas, dirigida, naturalmente, por Luis Sotodosos.
Después de que los que habían ganado la puja alzaran a hombros la imagen, se retomaba el recorrido, que engalanó musicalmente la charanga ‘El conejo de la Loles’ con dos marchas procesionales, ‘Macarena’ y ‘Triunfal’. La comitiva hizo la segunda parada en la Plaza Mayor de Morillejo para, bajo la carpa en la que se han celebrado la mayor parte de los actos de las fiestas, realizar una nueva subasta de las andas, la segunda. Después la procesión regresaba a la Iglesia por la calle Empedrada. En el portalillo de la Iglesia se llevó a cabo el tercero y último de los remates de las andas, en esta ocasión para entrar a hombros y a pulso la imagen en la Iglesia. Mientras el subastero animaba la puja, el alcalde pedáneo, tomaba nota de los adjudicatarios, para luego echar cuentas convenientemente.
Cuando la talla se colocó de nuevo en el altar, los morillejanos entonaron el himno de la Inmaculada, que reza “Oh Virgen sacrosanta, la más pura y hermosa, tu concepción dichosa, mi voz ensalzará…”, y mientras sonaba, una morillejana no podía reprimir las lágrimas en la puerta de la Iglesia, probablemente al recordar la devoción que le tenía a la Inmaculada algún ser querido que ya no está.
La fiesta terminaba con un aperitivo que los morillejanos compartían en el bar de la localidad. Lo que no fue posible fue catar el churú de este año, puesto que, seguramente por las altas temperaturas, no ha acabado aún de hacerse, así que, como no podía ser de otra manera, se abrieron algunas botellas, pero con licor del año pasado. Acompañando en la celebración a los morillejanos, y a su alcalde pedáneo, Ismael Sotodosos, ha estado una amplia delegación municipal que encabezó la teniente alcalde del Ayuntamiento de Trillo, Beatriz Muñoz.
