A través de un recorrido musical y dramatizado por el via crucis, con el título “Inmortalis”, el elenco de artistas impresionó frente al retablo mayor de la catedral, consiguiendo un aforo completo desde una hora antes del inicio del concierto.
El seguimiento estricto de normas de seguridad demostró que la cultura segura es posible en tiempos de la pandemia.
El pasado sábado, 20 de marzo, la orquesta y coro de cámara ‘Sonora’, conmocionó al público toledano, tras ofrecer una versión musical inédita en torno a la Semana Santa. La formación, que cuenta con jóvenes talentos del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, elaboró un itinerario musical plagado de intensidad y emoción sobre varias escenas de la pasión de Cristo.
Con la ayuda de todos sus integrantes y la acogida en la catedral, el elenco aseguró un entorno seguro, que cumplió las medidas de seguridad establecidas frente a la pandemia y aseguró un concierto que trataba de demostrar que la cultura segura es posible en tiempos de pandemia.
Una hora antes, la cola, que partía de la Puerta del Reloj, había comenzado a rebasar la capacidad de aforo permitida. El silencio y sobrecogimiento inundaron los muros del templo de culto, que reverberó de una forma única, como demostraron las palabras del público tras el espectáculo. La interpretación del via crucis ofrecida por el conjunto de artistas realizó un recorrido por varias piezas de Puccini, Morales, Pergolesi o Caccini cargadas de emoción, incluyendo un estreno absoluto del joven sevillano Juan Montero, y guiadas por una intensa narración dramatizada del músico y actor Nacho Nistal.
Este joven proyecto de emprendimiento musical, que ya cuenta con un año de recorrido, ha puesto su esfuerzo y trabajo en proyectos similares, con amplio éxito, y contando con los limitados medios que sus integrantes pueden aportar. En esta ocasión, han dado un paso más, al diluir fronteras entre formatos y géneros y crear un espectáculo total al borde del sobrecogimiento, emotividad y minuciosidad en el oficio musical.