El pasado 16 de marzo se celebró el Día contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, pero la situación continúa
CSIF constata que se ha perdido el respeto y la autoridad a los profesionales sanitarios
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha condenado la agresión que al parecer ha sufrido una enfermera del Hospital Provincial de Toledo el pasado miércoles, 4 de abril, por parte del familiar de un paciente que se negaba a que los profesionales atendieran a dicha paciente.
La agresión, física y verbal –fue amenazada de muerte- se produce el mismo día que se conocía otra agresión en el hospital de Almagro y, apenas quince después de haber celebrado el Día contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario.
El pasado año, el SESCAM contabilizó 356 agresiones contra el personal sanitario, de las cuales más del 90% fueron verbales.
CSIF destaca que el Colegio de Médicos advierte que en 2017 aumentaron las agresiones físicas, registrándose 25 casos frente a los 22 de 2016, y a nivel nacional, cada día se produce una media de 58 agresiones, amenazas y coacciones en hospitales y centros de salud de toda España
Ante este nuevo caso de Toledo, CSIF vuelve a pedir al Sescam incrementar las medidas de seguridad de los centros de trabajo, para que pacientes y profesionales se sientan plenamente seguros.
El reconocimiento de la agresión a un sanitario como delito contra la autoridad y la existencia de protocolos de actuación ante situaciones conflictivas no son suficientes, en opinión de CSIF, sindicato que pide trabajar en la cultura preventiva para acabar con la normalización ante la agresividad.
Descontento de pacientes
CSIF constata que se ha perdido el respeto y autoridad a los profesionales que nos cuidan. Las consecuencias negativas de los recortes en el Sistema de la Sanidad Pública, como la amortización de plazas, no cobertura de bajas, carga asistencial excesiva, reducción de salario y deficiencias en la organización del trabajo, provocan malestar y descontento en los pacientes y sus familiares.
Equivocadamente se culpa a los trabajadores de ello, y es sobre quien recae esa rabia e impotencia del ciudadano por la situación, y sumándose a esta situación la excesiva carga de trabajo que soporta el profesional, que suele provocar estrés y desmotivación.
Imagen de Archivo