La Sala Domus Artis de la localidad toledana de El Toboso acogió la presentación del libro del fadriqueño Antonio Mendoza Mendoza, «El Regocijo de las Musas. Del lugar de La Mancha al origen del Quijote y a la cuna de Cervantes» en la que su autor, ante los asistentes que llenaron la estancia, antiguo pajar de las caballerizas del Convento de las Trinitarias del siglo XVI, explicó su investigación que se basa en la geografía manchega, los documentos que apuntan a la familia de Miguel de Cervantes y otras pistas que ha encontrado en los 23 años que ha tardado en realizar este trabajo.
Con la asistencia, Pilar Arinero Gómez, alcaldesa de El Toboso, Rosario Leo expósito, concejala de Educación y Servicios Sociales, que hicieron entrega a Antonio Mendoza de un recuerdo, Isabel Fernández, gerente de la Hospedería Rural la Casa de la Torre, que promocionó este acto, y Juan Alfonso García-Donas, mecenas de la Cultura y dueño de la sala, además de Marciano Ortega, ex alcalde de la localidad, el autor de este ensayo histórico expuso los motivos por los que La Puebla de Don Fadrique, que así se llamaba La Villa de Don Fadrique hasta 1916, fuera el lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse el más universal escritor de las letras españolas.
Lugares de referencia como el camino de la Seda de Toledo a Murcia en el cruce con la Cañada Real de Alcázar, más conocido como la Ermita de la Virgen de Palomares en el término municipal de La Puebla de Almoradiel, son pistas que están documentadas en su libro para explicar ese lugar, pero además, para demostrar que Miguel de Cervantes no es el manco de Lepanto, quien, según Antonio Mendoza, «sería el que nació en la ciudad madrileña de Alcalá de Henares y que sería el soldado. El gran error que han cometido muchos cervantistas en mi opinión, precisaba en su presentación, ha sido el de pensar que o bien el de Alcalá, o bien el de Alcázar, uno en detrimento del otro.» Pero Mendoza en su investigación viene a demostrar que el escritor era natural de Alcázar de San Juan, que conoció y vivió con el soldado y que «de ahí viene toda la confusión».
«Confusión por otro lado, añadía Antonio Mendoza, que aún se profundiza más cuando buscas en los pueblos de La Mancha, en los archivos parroquiales, familiares del Miguel de Cervantes alcazareño que, de forma consciente, han sido recortados de los libros de bautismos o de matrimonios, pistas todas ellas que hacen pensar en que hayan querido crear aún más confusión en la biografía del autor del Quijote para que uno, el alcalaíno, sobreviva sobre el otro, el alcazareño.»
«A ello hay que añadir otras pistas y lugares como el triángulo fadriqueño cervantino: la Quintería de la Cervanta, la Capilla de San Miguel y la Casa de los Cortés de Salazar, esta última probable linaje que saliera de la relación extramatrimonial de Catalina de Salazar, mujer de Cervantes, con Pedro Cortés, un hidalgo natural de Tembleque con cuya relación nacería la obra de Don Quijote de La Mancha: De tal manera que el relato es mucho más biográfico de lo que hasta ahora podíamos haber pensado, siendo Don Quijote y Sancho personalidades opuestas de Miguel de Cervantes, y Dulcinea o Aldonza Lorenzo, trasuntos de la vida del escritor.»
Así concluyó esta segunda presentación del libro que pretende «reivindicar el carácter manchego de Miguel de Cervantes y todo el mundo que le rodea, no sólo en el Quijote, también en toda su obra: Tantos detalles, aseguró, de esta tierra manchega, de lugares y pasajes tan fieles, es porque quien los escribió los conocía, y no estaba de paso.»
De esta manera, Antonio Mendoza viene con su estudio que incluye un mapa y un plano, más de 260 fotos a color y árboles genealógicos de personajes cervantinos, a demostrar que «realmente existe un lugar de La Mancha en el que Cervantes no quiso acordarse, por cuya razón escribió el Quijote y todo ello nos lleva a que el autor de la inmortal obra literaria es natural de Alcázar de San Juan.»