El consejero de Educación, Cultura y Deportes y el presidente de la Diputación de Toledo han renovado el convenio para que dos bibliobuses atiendan a las localidades de la provincia que no disponen de biblioteca y que el pasado año utilizaron más de 5.000 toledanos y toledanas.
La Consejería de Educación, Cultura y Deportes y la Diputación de Toledo han renovado la colaboración que vienen manteniendo y que hace posible el funcionamiento de dos bibliobuses que atienden a la población de 60 pequeños municipios de la provincia que no cuentan con biblioteca pública.
Ángel Felpeto, consejero, y Álvaro Gutiérrez, presidente de la Diputación, han firmado el correspondiente convenio que favorecerá el correcto funcionamiento de este servicio bibliotecario, integrado por dos bibliobuses, uno que atiende la zona de Talavera de la Reina y las comarcas de la Jara y la Sierra de San Vicente; y otro que acude a los municipios de las zonas de los Montes de Toledo, La Sagra y La Mancha.
Ambos responsables han coincidido en destacar la importancia de estos bibliobuses para acercar la lectura a los habitantes de los municipios más pequeños de la provincia y que puedan disfrutar de los servicios de una biblioteca pública, en este caso móvil, en igualdad de condiciones que los vecinos de otras localidades mayores.
El pasado año estos dos bibliobuses realizaron más de 25.000 préstamos de libros y publicaciones a los más de 5.000 usuarios que utilizaron este servicio, al tiempo que organizaron 106 actividades de animación a la lectura.
Según el convenio, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes aporta los dos bibliobuses, más la labor de la responsable de la red provincial de bibliotecas móviles y dos técnicos bibliotecarios para atender el servicio y las actividades que se programen; mientras la Diputación de Toledo se hace cargo de los gastos de contratación de los dos conductores del bibliobús, de un encargado de bibliobús y de un auxiliar administrativo.
En estos momentos la Consejería tiene en funcionamiento ocho bibliobuses, tres en Guadalajara, dos en Cuenca, dos en Toledo y uno en Albacete, que atienden los municipios y núcleos de población entre 300 y 1.000 habitantes, que carecen de biblioteca pública.