Pese a todo, la devoción y el sentimiento albalateño por este símbolo del pueblo, estará a flor de piel hoy, en el día en el que tradicionalmente se lleva a cabo la Romería.
Este año, marcado por la pandemia, hace que el tradicional pistoletazo de salida de la fiesta mayor de Albalate de Zorita (Guadalajara)no se vaya a producir.
El sábado anterior al 27 de septiembre, Fiesta Mayor en honor a La Santa Cruz Aparecida, se celebra la Romería hasta la ermita de Cabanillas, el paraje donde un 27 de septiembre de 1514 se produjo el hallazgo de la Sagrada Imagen por un perro llamado Cósula y dos labradores.
Ese día, tal día como hoy, los cohetes anuncian con su sonido estruendoso, alegre, que en la puerta de la iglesia está todo un pueblo esperando a que aparezca por la puerta su venerada patrona.
Sin embargo, este año no puede ser, por la pandemia. Los albalateños no podrán esperar a verla salir y que todo sea un mar de emociones de llantos de aplausos entre vítores a la Santa Cruz Bendita.
Este año los albalateños no podrán ofrecerle sus hombros para cargarla, para llevarla, “el orgullo más grande para un albalateño”, dice Alfredo Sánchez, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Albalate, y, antes que nada, hijo del pueblo.
Este año no podrán los pies de los albalateños bajar por el camino que lleva a la Ermita, añorando a quienes ya no están para hacerlo. Cuantos recuerdos de romerías pasadas afloran hoy.
El corazón de los albalateños no se encogerá al divisar al fiel testigo del hallazgo, el río Tajo, tan caudaloso, por Cabanillas.
Los ojos de los albalateños no podrán humedecerse ante la imagen de la ermita por haber podido llegar un año más hasta ella. Ni habrá nervios de los albalateños y albalateñas que no estarán esperándola para bailar el paloteo ante la imagen.
Este año es diferente. Sin cohetes, sin bajada, sin baile, sin charanga ni comida de hermandad. Pero lo importante es la Santa Cruz Bendita. “La tendremos en la iglesia, como siempre, atenta a nuestras súplicas, a nuestros ruegos y peticiones, a nuestros agradecimientos, a nuestras emociones y lágrimas… Siempre velando por tu pueblo y por tus albalateños y albalateñas”, dice Sánchez.
Los albalateños le piden su protección como llevan haciendo más de 500 años y así, para el año que viene, poder volver a esperarla a la salida de la iglesia, a acompañarla en su camino hacia la Ermita, emocionándose al verla, al pedirle, al agradecerle, y al bailarle. En este sábado tan especial, el pueblo de Albalate se une en el mismo grito: “Viva La Santa Cruz Bendita”.