En la presentación de su estudio “El Regocijo de las Musas. Del lugar de la Mancha al origen del Quijote y a la cuna de Cervantes”, que tuvo lugar en la Casa Museo “El Hidalgo” de la ciudad alcazareña
Antonio Mendoza Mendoza, investigador cervantino de la localidad de La Villa de Don Fadrique (Toledo), presentó en la Casa Museo “El Hidalgo” de la localidad de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), su estudio “El regocijo de las musas. Del lugar de la Mancha al origen del Quijote y a la cuna de Cervantes” (Ed. Aache – 2016), acto al que asistieron, entre otros, Jaime Santos Simón, alcalde de La Villa de Don Fadrique, y María del Carmen Díaz-Maroto, concejala de Festejos, junto a José Fernando Sánchez Ruiz, presidente del Patronato de Cultura de Alcázar de San Juan, y Luis Miguel Román Alhambra, presidente de la Sociedad Cervantina de la población alcazareña.
El acto sirvió, en primer lugar, para reivindicar el carácter manchego de la figura de Miguel de Cervantes Saavedra, el escritor, en su ciudad natal, y diferenciarlo del otro Miguel de Cervantes, el soldado y “muy probablemente el manco de Lepanto”, natural de Alcalá de Henares.
Todo esto Antonio Mendoza Mendoza lo expuso con multitud de datos que aporta en su estudio que le ha llevado confeccionarlo más de 20 años, y que presentó hace justo un año en el que, según él, es el Lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse Cervantes, La Puebla de don Fadrique, que así se llamó este pueblo toledano hasta principios del siglo XX.
“Cuando yo comencé con esta aventura, explicó Mendoza, no era partidario de ninguna teoría sobre la cuna de Cervantes, fueron los datos que fui encontrando, conforme avanzaba mi investigación, desde el Lugar de La Mancha al por qué se escribió el Quijote, los que me condujeron hasta su ciudad natal, que es Alcázar de San Juan sin ninguna duda”.
Pero lo que quiso dejar claro Antonio Mendoza en este acto, que se enmarca dentro de un ambicioso programa que se ha preparado desde el Patronato de Cultura de Alcázar de San Juan para conmemorar el Día del Libro, “es que el Cervantes escritor conocía al Cervantes soldado, y analizando todos los datos biográficos que hay en su obra literaria, que los hay y mucho más de lo que hasta ahora se nos había hecho saber, se entremezcla y confunde aunque nos da muchas pistas para acercarnos a ambos individuos.”
El prólogo de las Novelas Ejemplares, el de su obra póstuma, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, y sobre todo los datos que han aparecido en la exposición “Este que veis aquí” que tiene lugar en el Archivo General de Simancas (Valladolid), “donde existe un documento de Don Juan de Austria en el que aparece una relación de soldados, 409, que estuvieron en la Batalla de Lepanto y en la que encontramos dos Miguel de Cervantes. No cabe duda, sentenció, que la teoría oficial de que el autor del Quijote es el mismo que el Manco de Lepanto no es cierta, que ambos eran dos individuos, que se conocieron y que compartieron aventuras que luego el escritor alcazareño plasmó en toda su obra literaria.”
En la presentación de El Regocijo de las Musas, expuso más datos que arrojaban este documento que se encuentra en Simancas “una lista que nos apunta hacia nombres que nos recuerdan a numerosos personajes que nuestro escritor conoció en aquella legendaria Batalla, y cuyos nombres utilizó para recrear a los de sus obras.”
“Todo esto viene a demostrar que la cuna de Cervantes, el escritor, es diferente a la del soldado, pero, además, expuso Mendoza, que su vida está relatada en sus obras de forma muy precisa. Por supuesto, el Quijote, que lo escribió como respuesta a su lucha interna en su matrimonio con Catalina de Salazar, no tan ideal como hubiera querido él, y como todavía se nos pretende vender.”
“Sancho Panza y Don Quijote de la Mancha son las dos mitades de la conciencia de Miguel de Cervantes, lo mismo que Dulcinea del Toboso y Aldonza Lorenzo lo son de su mujer, Catalina de Salazar, que mantuvo una relación extramatrimonial con Pedro Cortés, y de ahí todo el juego que se trae nuestro escritor en la novela más universal escrita en español en todos los tiempos.”
También apuntó datos sobre la búsqueda “incierta” que se realizó de los restos de Cervantes en el Convento de las Trinitarias de Madrid “y cuya búsqueda mantuvo en modo espera la publicación de mi estudio, porque, igual que los datos me han llevado a su ciudad natal, Alcázar de San Juan, me conducen hacia el posible destino que tuvieron sus restos, a tenor de los datos poco concluyentes que se obtuvieron en esa investigación que se llevó a cabo hace dos años en Madrid.”
“El equipo de investigadores, señaló Mendoza, pasaron por alto dos datos: Uno, que los restos del escritor no se habían buscado anteriormente, algo falso porque Mesonero Romanos así lo narró en 1861 en su obra El Antiguo Madrid en relación a la búsqueda llevada a cabo a principios del siglo XIX durante la ocupación francesa; y dos, que no se movieron del sitio algo que probablemente pudo ocurrir. No obstante, los indicios encontrados en esa búsqueda, no son pruebas concluyentes, ya que los testamentos de Miguel de Cervantes y Catalina de Salazar, han desaparecido, como lo han hecho tantos y tantos documentos de diferentes archivos con no sabemos, o sí, con qué intencionalidad.”
Todo esto, y mucho más, son algunas de las conclusiones que expuso Antonio Mendoza en la presentación en Alcázar de San Juan de su estudio “El regocijo de las musas. Del lugar de la Mancha al origen del Quijote y a la cuna de Cervantes”, que viene a poner sobre la mesa respuestas a numerosos misterios de la biografía de Cervantes, y a esa historia de la confusión que “él mismo Cervantes comenzó a la hora de redactar principalmente los prólogos del Quijote, Novelas Ejemplares y el Persiles”.
“En definitiva, concluyó Antonio Mendoza, en mi trabajo el objetivo no ha sido otro que perseguir las verdades de Cervantes, su vida, su obra, y los lugares a los que perteneció el autor del Quijote, de naturaleza mucho más manchega de lo que hasta ahora se había pensado.”