Estiman el recurso presentado por una enferma de Lupus en Orense, que reconoce el aumento de discapacidad de un 24% a un 50%, corrigiendo a la Xunta de Galicia.
Los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Galicia -TSJG- afirman que el hecho de que la enfermedad de lupus no esté reconocida como causante de discapacidad y que se trate de una enfermedad muy feminizada, provoca además una discriminación sexista.
La Asociación de Lupus de Castilla-La Mancha, ALMAN, se congratula de la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, donde alerta de la situación injusta que sufren las personas enfermas de Lupus, al no estar reconocida como enfermedad causante de discapacidad.
Según recoge la sentencia, los magistrados subrayan que ese desconocimiento de las consecuencias del Lupus, es si cabe más injusto, si tenemos en cuenta que es una enfermedad fuertemente feminizada, al sufrirla mayoritariamente las mujeres. Un motivo por el que han estimado el recurso presentado por una enferma de Lupus y en la que le conceden un grado de discapacidad del 50% que le había sido negado por la Xunta.
El Tribunal destaca en su sentencia que el hecho de que el Lupus eritematoso sistémico no esté incluido como enfermedad causante de discapacidad, en el Real Decreto que regula el reconocimiento y calificación del grado de discapacidad, supone desconocer la realidad de una enfermedad que incide profundamente en la capacidad de las personas que la padecen, dando lugar a un perjuicio para las personas con estas discapacidades reales, y que a todas luces va en contra del artículo 49 de la Constitución y de la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas.
Del mismo modo, subrayan que al ser una enfermedad feminizada se produce, adicionalmente, una vulneración del artículo 14 de la Constitución, relativo a la Igualdad, al encontrarnos ante una situación de discriminación indirecta.
Ante esta situación los jueces consideran que esta situación injusta para las personas con discapacidad y discriminatoria sexista se debería corregir con una intervención normativa que, atendiendo a las especificaciones propias de la enfermedad, permitiera la mayor precisión en la cuantificación del porcentaje de discapacidad.
Entienden, igualmente, que mientras los poderes legislativos no acometan la necesaria reforma legal, corresponde al Poder Judicial evitar la situación injusta y discriminatoria que se está produciendo, aplicando un enfoque de derechos humanos acorde con la normativa sobre discapacidad.
Desde ALMAN afirmamos, tal como dice la sentencia, que el Lupus es una enfermedad muy compleja, que tiene una importante afectación multisistémica, que provoca una gran dificultad en todos los niveles, en la vida diaria de la persona que padece la enfermedad. De igual forma, consideramos que el Lupus presenta un gran desconocimiento, así como incomprensión, en los tribunales valoradores de discapacidad, que no llegan a valorar en su completa dimensión, todas las limitaciones que para la vida diaria supone padecer Lupus, afectando a todos los niveles, que van desde el clínico, físico, sanitario o social, pasando por el laboral, psicológico o emocional.
Ante esta situación desde ALMAN solicitamos de los tribunales valoradores de la discapacidad que sea valorado el conjunto de limitaciones de la enfermedad, concediendo los grados de discapacidad que las personas afectadas por la enfermedad merecen, sin tener que recurrir a los tribunales de justicia a solicitar el amparo que niegan las administraciones sociales.
Para ALMAN resulta incomprensible que las administraciones no reconozcan el Lupus como discapacintante. Este hecho conforma una clara injusticia al representar una discriminación clara y palpable de igualdad.
Una sentencia, finaliza ALMAN, que deja patente la injusticia que se está produciendo con los enfermos de Lupus, teniendo que ser los tribunales de justicia quienes deban reparar los agravios que se cometen desde las administraciones.
Desde ALMAN consideramos de suma importancia la formación en esta enfermedad de los médicos que actúan en los equipos de evaluación, así como la sensibilización de los especialistas al elaborar los informes de la forma más detallada posible, incluyendo los efectos adversos de la medicación que nos acompaña toda la vida.