En la Semana Europea de la Movilidad el sindicato reafirma su compromiso con la movilidad sostenible, segura, equitativa, saludable, eficiente, económica y competitiva
En la ciudad de Albacete el 62% de las personas se desplazan al trabajo o al lugar de estudios en vehículo privado
Hay que avanzar hacia un modelo de movilidad más sostenible y seguro para las personas trabajadoras
En el marco de la Semana Europea de la Movilidad, la secretaria general de CCOO Albacete, Carmen Juste, ha destacado que la “insostenibilidad” por la utilización a gran escala del vehículo privado en detrimento de sistemas de transporte más sostenibles, ha comportado una pérdida del bienestar colectivo y una fuente de impactos ambientales, sociales y económicos para el conjunto de la sociedad.
Un modelo de movilidad que genera impactos que afectan al bienestar, a la calidad de vida de las personas trabajadoras, a la competitividad y a la economía. La exclusión social por falta de vehículo o permiso de conducción implica que muchas personas no puedan acceder a un puesto de trabajo situado en un punto del territorio donde no existe oferta de transporte colectivo u otras alternativas de movilidad sostenible.
Las congestiones de tráfico que se producen diariamente en la ciudad y los centros de actividad económica conllevan una pérdida significativa de tiempo que afectan tanto a la competitividad de las empresas, como al salario y el bienestar de las personas trabajadoras.
También Juste ha destacado entre otros impactos, las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar por el tiempo dedicado a los desplazamientos; los costes por el uso de uno o más vehículos en propiedad en la unidad familiar; el ruido del tráfico; y los efectos negativos sobre la salud; además de las emisiones de gases de efecto invernadero; el elevado consumo de energía, y la dependencia energética externa.
Una movilidad basada en el motor de combustión, en combustibles derivados del petróleo y en el uso a gran escala del coche privado, tiene un coste económico más elevado que una movilidad basada en medios de transporte activos y sostenibles.
Según datos del INE, en Castilla-La Mancha hay 784.014 personas que se tienen que desplazar para ir a su lugar de trabajo o de estudios, de las cuales 534.740 (el 68%) utilizan el vehículo privado para estos desplazamientos, tan solo un 8% utiliza transporte público y el 19% va andando. Estos datos sitúan a Castilla-La Mancha como la cuarta comunidad autónoma que menos uso hace del transporte público para este tipo de desplazamientos y además el uso del coche privado está por encima de la media nacional (63%). Respecto a los datos provinciales, en la ciudad de Albacete, el porcentaje de personas que se desplazan en vehículo privado al trabajo o al lugar de estudios alcanza el 62%; el 6% utilizan el transporte público; y el 31% caminan a su lugar de trabajo o de estudios.
La movilidad de las personas trabajadoras tiene un peso muy elevado sobre el conjunto de la movilidad colectiva; esto explicaría los impactos ambientales, sociales y económicos que se derivan cuando gran parte de los desplazamientos se realizan en medios de transporte ineficientes y contaminantes, como el vehículo privado. Ante este escenario, Juste ha subrayado la necesidad de más transporte público y de forma intermodal.
También que la movilidad en vehículo privado se ha convertido, incluso, en un factor de riesgo laboral para las personas trabajadoras que realizan diariamente largos desplazamientos de ida y vuelta (movilidad in itinere), que soportan condiciones de tensión y estrés de la conducción en horas punta. La movilidad in itinere supone, unos niveles elevados de accidentalidad laboral.
Juste ha destacado que gran parte de la población depende del vehículo privado a motor en su movilidad cotidiana. Así como en la necesidad de replantear el uso que se hace de los espacios urbanos que han de estar más pensados para la vida y menos para los vehículos privados.
Avanzar hacia un modelo de movilidad más sostenible y seguro para las personas trabajadoras es una responsabilidad compartida. La mayoría de las actuaciones que pueden llevarse a cabo no dependen de un sólo actor social o económico, sino que exigen la colaboración y cooperación activa de todos los sectores implicados.