Las entidades socias de la Coordinadora de ONGD de Castilla La Mancha, reunidas el 3 de mayo de 2022 en la XXVII Asamblea General, adoptamos de común acuerdo la siguiente Resolución:
CONSIDERANDO QUE:
1.Vivimos un momento histórico, complejo y sin precedentes, marcado por la superposición de múltiples crisis: humanitarias, sanitaria, económica, ecológica, alimentaria, democrática, etc. en el que la pandemia y el aumento de los conflictos, han puesto de relieve las vulnerabilidades preexistentes y generado un importante aumento las desigualdades.
En estos últimos años marcados por la pandemia, mientras las personas más ricas del mundo han duplicado sus fortunas, más de 160 millones de personas han caído en la pobreza, generando una brecha cada vez más profunda entre los que más tienen y los que menos tienen. El crecimiento sin precedentes de las desigualdades genera una importante fragmentación social que, en última instancia, provoca descontento e inestabilidad social y política.
2.-Los efectos de la guerra en Ucrania afectan y afectarán a millones de personas. Sin embargo, es importante recordar que, lamentablemente, la guerra en Ucrania no es el único conflicto armado activo en este momento, ni la única crisis humanitaria a nivel mundial.
En 2022 los conflictos armados de Ucrania, Yemen, Siria, Iraq, Somalia, Etiopía, Mozambique, Camerún, República Democrática del Congo, Mali, Myanmar, entre otros, afectan a más de 274 millones de personas y 82 millones se han visto obligadas a dejar sus hogares de forma forzosa, lo que supone que millones de personas necesitarán protección y asistencia humanitaria. En este contexto, las organizaciones redoblamos esfuerzos para mantener nuestros compromisos con las crisis anteriormente mencionadas y actuar en solidaridad con todas las personas afectadas por el conflicto en Ucrania y en el resto de los países en los que estamos presentes.
3.-En relación al pueblo saharaui, si bien entendemos que es necesario buscar soluciones y alternativas a este conflicto, consideramos que la aceptación por parte del gobierno de España del plan de autonomía propuesto por Marruecos no es la más seria, ni la más realista, ni la más creíble de las soluciones, entre otras cosas, porque desde su presentación en 2007 no se ha producido ningún avance al respecto.
La opción del plan de autonomía del Sáhara no ha sido aceptada en ningún momento por el pueblo saharaui, ni ha sido validada por las Naciones Unidas. Tal decisión, adoptada sin el consenso político necesario, rompe con la posición tradicional de neutralidad activa en torno a una solución en el marco de la ONU y elude las responsabilidades que España tiene como potencia administradora.
4.-Cada día, las mujeres de todos los países del mundo sufren desigualdad y discriminación, se enfrentan a situaciones de violencia, abusos y un trato desigual solo por el hecho de ser mujeres. Sin embargo, con gran frecuencia se las excluye de la toma de decisiones sobre cómo dar respuesta a estas situaciones.
La mayor parte de las personas que viven en situación de pobreza son mujeres y, en comparación con los hombres, tienen un menor acceso a recursos y oportunidades para aprender, obtener ingresos, hacer oír su voz y liderar. La desigualdad de género es un factor clave de la pobreza y menoscaba gravemente los derechos de las mujeres.
5.-Asimismo, es preocupante la situación que atraviesan algunos países y sus sociedades civiles con las que cooperamos. Los espacios democráticos, impulsores de centenares de avances por los derechos humanos, están sufriendo un ataque generalizado en muchas partes del mundo.
Observamos una tendencia creciente de criminalización de la sociedad civil organizada y un aumento del número de personas, en especial de defensoras y defensores de derechos humanos y ambientales, que se ven obligadas a exiliarse para no ser encarceladas, o directamente amenazadas o asesinadas. En Palestina, El Salvador, Guatemala, Nicaragua o Colombia, países con los que tenemos una larga trayectoria de solidaridad, se están viviendo situaciones de violaciones de derechos fundamentales ante las que no podemos permanecer impasibles. En todo el mundo, el aumento de la desinformación y los discursos de odio están alimentando el marco del miedo, confusión, sociedades polarizadas y el uso de la violencia.
6.-La Agenda 2030 representa el compromiso global necesario para hacer frente a los retos sociales, económicos y medioambientales, poniendo en el centro a las personas, el planeta, la prosperidad y la paz.
La situación que estamos viviendo a escala mundial nos muestra, de manera más notoria aún, que es crucial fortalecer la política pública de cooperación para el desarrollo para que sea coherente con los principios de la Agenda 2030 e impulse de manera significativa la educación para la ciudadanía global y el desarrollo sostenible, como herramienta fundamental para la construcción de una ciudadanía global, activa, crítica y solidaria.
MANIFIESTAMOS:
1.-La necesidad urgente de tomar medidas para abordar la crisis de desigualdad extrema que amenaza con revertir los progresos realizados en la lucha contra la pobreza de los últimos 25 años. La cooperación internacional para el desarrollo que se realiza desde nuestra región es hoy más que nunca, un elemento determinante para hacer frente a una crisis global como la actual.
2.-Ante el conflicto en Ucrania, expresamos nuestro absoluto rechazo a la invasión de un país soberano y condenamos los ataques a la población civil y las violaciones flagrantes de los derechos fundamentales. Exigimos el cese inmediato de las hostilidades y nos solidarizamos con las personas que sufren y sufrirán directamente las graves consecuencias de los conflictos. Ni ahora, ni nunca, ni en Europa ni en ningún otro lugar del mundo, hay razones para el uso de la violencia.
3.-Del mismo modo, manifestamos nuestro desacuerdo con el cambio de postura del gobierno español respecto al Sáhara Occidental y reclamamos una rectificación y acciones que permitan subsanar este giro. Son decisiones que afectan directamente a la vida y al futuro del pueblo saharaui.
4.-Es necesario apostar por un modelo de desarrollo que aborde las causas estructurales de las discriminaciones y las desigualdades de género, en el que las mujeres participen en la toma de decisiones y se visibilice su trabajo.
5.-Nuestra total repulsa y condena de todas las campañas de desprestigio, criminalización y judicialización de las organizaciones de la sociedad civil y a los defensores de los derechos humanos que se están produciendo en múltiples rincones del mundo.
6.-Urge, por tanto, una política digna de cooperación al desarrollo, con un presupuesto digno y ambicioso para responder de manera efectiva a los tres desafíos que abandera la Agenda 2030: pobreza, desigualdad e insostenibilidad, dar respuesta de manera eficaz a las emergencias humanitarias y promover una ciudadanía pacífica y solidaria.
Ante lo expuesto anteriormente, solicitamos a los gobiernos autonómico, provinciales y locales que asuman un compromiso firme para fortalecer una política pública de cooperación estable, dotada de recursos técnicos y un calendario creíble para alcanzar el 0,7% del presupuesto, tal y como se refleja en la propia Agenda 2030, garantizando así una acción solidaria transformadora a medio y largo plazo. Porque para solucionar los problemas globales debemos contar con sociedades justas y solidarias, la cooperación para el desarrollo es hoy más necesaria que nunca.
FOTO: Sergi Cámara | Entreculturas. Jóvenes en campo de personas refugiadas en Chad en el programa La Luz de las Niñas de Entreculturas.