Por Enrique Pedrero Muñoz. Crítico de Arte. Miembro de AMCA y AECA.
Con el nombre de “Paisaje propio” es la obra pictórica de M. Cabrera (Manuel Martín Cabrera, Jerez de la Frontera, Cádiz, 1949), que se puede ver en el Museo Municipal de Valdepeñas (C. Real), donde se contemplan un total de 34 obras de gran formato, de técnica mixta, con soporte en madera, lienzo y lona, observándose en ellas la calidad y maestría artística del autor.
Sus cuadros son una síntesis de descubrimientos pictóricos, centrándose en la investigación, experimentación del color, de la luz o las formas, a través de distintos materiales y multitud de procedimientos. De esta forma, describe espejismos, relieves, inmensidades, profundidades, realidades, etc., describiendo una nueva expresión artística.
Dentro de su obra plástica, fruto de muchos años de investigación, podemos observar distintas formas de expresión, llevados en la actualidad de forma abstracta.
Unas veces aparecen bellas perspectivas de distinta estética, por medio del color vivo, yuxtapuesto con los neutros, diluidos y otras no tanto, a través de capas y tonos, de forma bidimensional y plana, en los que, por medio de chorreo, salpicado, difuminado, restregones, patinados, etc. y procedimientos de tipo gestual, consigue bellas composiciones.
Pero también nos presenta sus obras, con grandes texturas y relieves, consiguiendo a veces la tercera dimensión, como escultura-pintura, llegando al paisaje y a la vegetación, llevada a cabo dentro de su manera propia y original de expresión, de una forma abstracta, pero muy atractivas, consiguiendo verdaderos cromatismos y grandes texturas, que llaman la atención del espectador.
Actualmente, está inmerso en otras expresiones, que no dejan de ser creativas e interesantes, donde aplica la técnica oriental del “país del sol naciente”, con la aplicación de colores oscuros como el negro y el fondo blanco, bien por tintas y aguadas muy diluidas, donde aparecen distintas calidades estéticas, como profundidades, formas blandas, entre otras, acompañadas de signos y símbolos, que, por su composición, hacen provocar, discurrir e imaginar en el espectador.
La materia es diversa, acrílicos, óleos, tintas, masillas plásticas, poliuretano, tierras, papel, carbones, pigmentos, entre otros materiales, para por medio de diversos procedimientos adentrarse en campos imaginarios.
Su historiografía artística se remonta a media centuria de años, comenzando con la pintura figurativa, método este de muchos artistas, desde donde han dado un salto a otros campos más hacia la investigación de las artes plásticas y adentrarse en otros espacios más abstractos.
