En unas semanas se harán efectivas las certificaciones FSC y de renovación de PEFC, demostrando que “como cadena de suministro de un producto de origen forestal, trabajamos con la mejor práctica desde el árbol a la fábrica y de aquí hasta llegar al consumidor”, explica su gerente.
Estas certificaciones van parejas a las que se están gestionando en los montes de propiedad municipal, todos los cuales están en posesión de estos mismos sellos de calidad o con las auditorías superadas.
La Fábrica Municipal de Maderas ha superado con éxito la auditoría de cadena de custodia FSC (Consejo de Administración Forestal) y de renovación de PEFC (Programa de Reconocimiento de Sistemas de Certificación Forestal) para obtener sendas certificaciones que confirman la gestión sostenible de sus productos.
Dichas certificaciones para la Fábrica de Maderas del Ayuntamiento de Cuenca, que se harán efectivas en las próximas semanas, van acordes con las que se están también gestionando en los montes de propiedad municipal. En este sentido, cabe señalar que todos los montes municipales se encuentran actualmente en posesión de las certificaciones FSC y PEFC o, en su caso, con las auditorías también superadas.
Según explica el gerente, David Serrano, esto implica que “tenemos un sello de calidad que acredita que nuestra madera procede de montes con una gestión sostenible”, esto es, con resultados socialmente justos, ambientalmente responsables y económicamente viables. Por lo que respecta a la certificación forestal, “es la herramienta que demuestra esa gestión sostenible, analizada mediante organismos externos a la administración y que conecta al consumidor con ese origen sostenible de los productos que obtiene”.
Serrano ha añadido que “por lo que a la Fábrica Municipal de Maderas respecta, estas certificaciones definen que como cadena de suministro de un producto de origen forestal, trabajamos con la mejor práctica desde el árbol a la fábrica y de aquí hasta llegar al consumidor”.
Y es que la gestión forestal sostenible es “esencial” para garantizar que las demandas de la sociedad no comprometen los recursos futuros y que con ella se aportan beneficios sociales, ambientales y económicas, mejorando el uso de los bosques en la actualidad y en el futuro
