La Asociación Cultural de Eurovisivos (AEV) ha celebrado en Sigüenza durante los días 6,7 y 8 de diciembre su Congreso anual. Cerca de 60 socios se daban cita en la Ciudad del Doncel para compartir su pasión por Eurovisión y para escuchar la experiencia de Lydia, que quedó última en el Festival de Eurovisión de 1999 celebrado en Jerusalén, pero que, pese a todo, considera su participación una experiencia positiva.
La Asociación Cultural de Eurovisivos de España (AEV) ha celebrado en la Ciudad de Sigüenza (Guadalajara) su vigésimo octavo congreso, y trigésimo aniversario, durante el puente de la Constitución. AEV fue fundada en el año 1989, a partir del contacto de diversos seguidores del certamen de Eurovisión para compartir su afición.
Algunas de las principales actividades de esta Asociación son la publicación de la revista Olevisión, la única revista sobre el Festival de Eurovisión en español con más de 60 números en 15 años de vida; los festivales virtuales AEV, Cirkus, Columbia, Lostfestivalen y Mediterráneo; y el Congreso AEV que se celebra todos los Puentes de la Constitución desde el año 1992 con actividades lúdicas, relacionadas con el certamen, culturales y turísticas de la sede anual, una ciudad diferente cada edición. A todos les une su pasión por el Festival de Eurovision. “Principalmente, Eurovisión es fiesta y es diversión. Es especial. Es música, es geografía, es cultura, anima al conocimiento de otros idiomas…”, resume José Luis del Amo, presidente de AEV, que constata la innegable evolución del evento. “Nada tienen que ver los primeros festivales con los de los años noventa, o con el auge que vivimos ahora en toda Europa”, añade.
Sigüenza fue elegida a propuesta de uno de los socios, Julio Arjona. El programa del evento ha contado con actividades variadas. Comenzó el sábado, con la recepción de los congresistas por parte de la alcaldesa del municipio, María Jesús Merino, y de la concejala de Cultura, Ana Blasco, además de otros miembros de la corporación municipal. Además de acoger la Asamblea general de la Asociación, también es “como si fuera el cumpleaños de cada uno de nosotros. Nos juntamos en familia y lo celebramos, algo a lo que ha contribuido en 2019, el pequeño tamaño de Sigüenza, y el hecho de que se respire ya la Navidad en una ciudad que nos ha acogido tan bien”, sigue Del Amo. La siguiente edición se celebrará en Sevilla.
Cada año, AEV invita a un artista relacionado con el Festival. En 2019 ha sido Lydia, por cumplirse el vigésimo aniversario de su participación en la edición de 1999 que se celebró en Jerusalén, en la que quedó última, con un solo punto, después de que las apuestas previas la hubieran llegado incluso a considerar favorita. “Lydia ha sido muy cercana. Nos ha contado toda su experiencia sin filtro, como la siente. Ha sido maravilloso compartir con ella esta edición y escuchar su nuevo single, ‘La soledad’, casi en primicia”, afirma el presidente.
Sobre aquel festival, el presidente de AEV señala que “fue un año muy extraño”. Entre las causas que se barajan para que, a pesar de que España estuvo representada por una buena canción interpretada por una magnífica voz, se cosechara un último puesto, “se ha hablado de temas políticos, por la responsabilidad de España en la OTAN, que pudo ser clave, y también del vestido de Ágatha Ruiz de la Prada que lucía Lydia”, apunta el presidente de AEV. Del Amo, no puede quedarse con una sola canción de Eurovisión. “Llevo 30 años como Eurofan. Me gustan tantas y son tan específicas, que la gente seguro que no las recuerda. Entre las españolas que más me gustan están las de Alfred y Amaya, Daniel Diges, Miki y, por supuesto, la canción de Lydia, ‘No quiero escuchar’”. El día que España vuelva a ganar, “haremos una súper-fiesta”, aunque son conscientes de lo difícil que es. “Acabamos de ser terceros, con Melani, en Eurovisión Junior, y ha sido impresionante”.
Lydia, ha acompañado la celebración del 28º Congreso desde el sábado. Entró en El Pósito portando el famoso vestido de Agatha Ruiz de la Prada con el que participó en Jerusalén. “Me encanta compartir mi experiencia con gente que ama Eurovisión, que me quiere y me trata tan bien”, señalaba en Sigüenza. La artista respondió con naturalidad a todas las preguntas que le formularon los miembros de AEV en una charla distendida y, como reconoció en Sigüenza, “aunque quedar última, en su momento, fuese un drama, al final ha sido bonito”. Según la artista, lo que me ha sucedido en estos años gracias a Eurovisión “es estupendo, así que, al final de todo, no tengo más que palabras de agradecimiento hacia mi participación en el Festival”. Con el paso de los años, la considera “como un tesoro”. “Nuestra profesión es así, unas veces con grandes éxitos y otras con grandes fracasos; y hay que aprender de las dos cosas, incluso más de la derrota”.
El reciente video de Netflix, en el que participa Lydia, devolvía hace unos meses aquel momento a la actualidad, así como otros de la participación española en el Festival. Betty Missiego (nuestra representante en 1979) adopta el papel de El Profesor para reunir a un grupo de cantantes relacionados con el certamen (una de ellas es Lydia) para que, cuarenta años después de que España se robara a sí misma el festival, dar el gran golpe: reclamar la victoria. Y, de la misma manera que se alinearon los astros para que Lydia fuera última en 1999, ahora lo han hecho para, de alguna manera, devolver su talento a la actualidad musical con la fuerza que merece.
Sobre la canción, y las razones del último puesto, Lydia, afirmó que “no le quiero dar muchas vueltas. Fue un mal momento político, también culparon al vestido… No lo sé. En todo caso, lo que sí puedo decir es que nunca me arrepentiré de haber participado con ‘No quiero escuchar’. Considero que es una gran canción eurovisiva, que todavía canto en los conciertos, porque la gente me la pide. Lo que hice, hecho está; y aún ahora me sigue dando muchos momentos buenos”. La artista no cierra la puerta a nada, ni siquiera a volver a participar en el Festival. “Si se da la oportunidad, ¿por qué no?”, dijo en Sigüenza. En el ánimo de todos los presentes estaba el deseo de que fuera la primera cantante de la historia en quedar última, y primera.
Además de hablar sobre su participación en 1999 y sobre el resto de su carrera, Lydia presentó también ‘La soledad’, su nuevo single. “Es la primera canción de un ramillete de composiciones nuevas. Muestra a una Lydia sincera, auténtica, con todo el corazón”, señalaba. El single está producido por La Musicalité, y está compuesto por la propia Lydia, junto al grupo. Lydia no conocía Sigüenza, “pero me ha encantado. El aire puro que me ha entrado en los pulmones ha sido un remanso de paz”, terminaba. La Asociación distinguió su paso por Sigüenza con la entrega de una placa. Asimismo, también el Ayuntamiento tuvo un detalle con la artista, que le fue entregado por la concejala de Cultura, Ana Blasco.