En esta edición, además de mercado de puestos artesanos, teatro y actuaciones musicales, gran novedad van a ser los torneos a caballo.
Este próximo fin de semana, Almonacid de Zorita (Guadalajara) regresará a su pasado medieval y renacentista. Será en la XII edición de su veraniega Jornada Medieval donde la villa almonacileña mostrará de nuevo el orgullo de sus antecedentes calatravos.
Durante dos jornadas intensas, los visitantes viajarán en el tiempo hasta los siglos XIV, XV y XVI, de la mano de un programa en el que la organización, que corresponde a la empresa Professional History, no le va a dar un respiro ni a almorcileños ni a visitantes.
Todo comenzará el viernes, con el asacalles que dará inicio al mercado, con los guerreros calatravos como protagonistas. Quedarán desplegados entonces los puestos de artesanos, con todo tipo de mercaderías. La música antigua dará pie, ya en el desfile, al viaje en el tiempo de Almonacid. Magia y malabares, con el espectáculo de la ‘La poción de Pantalone’, le darán continuidad a una tarde que culminará con un espectáculo de títeres, fiesta de la espuma, y espectáculo de fuego.
Viernes y sábado destacará la ambientación de Almonacid que animará al público a recorrer los puestos y a comprar en ellos. La organización mantendrá las actividades que más han gustado otros años, pero también va a introducir novedades. En la presente edición, lo más señalado serán los torneos a caballo, y la vuelta de los talleres de tiro con arco que promociona la Asociación STALMO.
Los niños y niñas de Almonacid se van a encargar de poner la parte local de colaboración a las representaciones teatrales que habrá a lo largo de los dos días. Serán ellos quienes actúen en ‘La tierra de Minaya”. Por la noche, el sábado, cerrará la feria la disco móvil.
A las atracciones, pasacalles, música y teatro, se van a unir también las exposiciones de artillería renacentista, y una de las más visitadas, la de instrumentos de tortura antiguos. También se va a contar con un aula de la naturaleza en la que niños y mayores podrán admirar las diferentes exhibiciones.
Entre los treinta puestos se contarán varios de artesanos y asociaciones locales, que mostrarán lo mejor de Almonacid en estos días. En la misma Plaza Mayor estará, por ejemplo, el de la Asociación ‘Tercera Joven’. Desde su puesto invitarán a almorcileños y visitantes a las papartas, bollo típico de Almonacid hecho a base de masa del pan, que se extiende fina, para freírla en aceite de oliva y embadurnarla bien después en azúcar, y a limonada fresquita. Allí estará también Rosa Ruiz, mostrando a todo el que se acerque su arte con los bolillos. No faltarán las zambombas de Tole, ni la curiosísima exposición de aperos de labranza que mostrará el artesano miniaturista de Albalate, Mariano Pastrana.
Un poco de historia
La zona de la Baja Alcarria, y con ella Almonacid, estuvo ocupada por los árabes desde el año 712 al 1085. Los primeros datos ciertos sobre la historia de Almonacid, proceden del siglo XI, cuando se verificó la reconquista de esta comarca por el reino cristiano de Castilla. Ocurrió alrededor del año 1085 cuando el rey Alfonso VI toma para su reino la ciudad de Toledo, y con ella el valle del Tajo, máxima aspiración de los reyes castellanos.
Tras la reconquista, la aldea de Almonacid quedó en poder directo del rey, bajo la tutela del castillo de Zorita, siendo gobernador del mismo Alvar Fáñez de Minaya, primo del Cid.
En 1152 el Rey donó Almonacid al Conde don Ponce de Cabrera, pero el castillo y lugar de Zorita lo dejó en propiedad real, alentando su repoblación con un Fuero muy favorable.
Pero todavía en siglo XII, la aldea de Almonacid iba a cambiar de señor, ya que el año 1174 el referido Ponce de Cabrera vendió Almonacid a don Pedro Martínez de Magan, siendo la mujer de éste, Doña Sancha Martínez, quien en 1176 donó la aldea a la Orden de Calatrava recién fundada. A partir de este momento, y en las bulas iniciales de fundación y confirmación de la Orden, dadas por los Papas Gregorio VIII (1187), e Inocencio III (1199 y 1214), aparece Almonacid como una de las posesiones o lugares de la Orden de Calatrava.
Dentro del Común de Villa y Tierra de Zorita, el Concejo de Almonacid era uno más de los que lo conformaban. Tuvo la categoría de aldea desde el primer momento en que se constituyó el referido Común, en la segunda mitad del siglo XII, hasta mediados del siglo XV. La primera ocasión en que se cita a Almonacid como Villa es en 1455. El hecho de haber alcanzado este título, que se conseguía por nombramiento real, a propuesta del Maestre de Calatrava, indica el crecimiento de Almonacid.
Doña Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Eboli, compradora de Pastrana, Sayatón y Escopete, intentó también la compra de Almonacid, pero no contaba con el firme propósito de los vecinos de Almonacid de continuar siendo vasallos de tan sólo el Rey, y por tanto seguir adscritos al Señorío de la Orden de Calatrava. Se consiguió que el emperador diera un privilegio en el que reconocía que Almonacid seguiría por siempre perteneciendo a la Orden de Calatrava, y siendo por tanto de señorío real, sin poder ser enajenada a particular alguno. Para ello el pueblo se comprometía a pagar dos millones de maravedís, (unos cinco mil ducados).
A la Encomienda encabezada por Almonacid pertenecían, Fuentelencina, Hontoba, Moratilla, Illana, Yebra, y Borox. Tanto el comendador como el gobernador se trasladaron a Almonacid, y la Orden cuidó con especial mimo a la villa almorcileña, mejorando los riegos del término, cuidando las presas de Bolarque, sus molinos y batanes.