A lo largo de toda la pasada semana se estuvieron celebrando en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) las tradicionales jornadas de ‘Vino y Bautismo Qervantino’, con actividades para todos los públicos relacionadas con la cultura del vino –aprovechando la conmemoración del Día Europeo del Enoturismo- y la herencia cervantina de la ciudad. En la mañana del sábado, asociaciones, vecinas y vecinos, así como la alcaldesa y diferentes concejales del equipo de Gobierno reivindicaron a Cervantes y su obra como seña de identidad de Alcázar con la II Cabalgata Cervantina. Ayer domingo fue para el deporte, con la celebración del XVIII Duatlón Cros Alcázar y para la gastronomía popular, con la elaboración de duelos y quebrantos.
Las Jornadas Qervantinas concluyeron, durante este pasado fin de semana, con sol y actividades para todos los gustos; desde las visitas a bodegas y catas, pasando por la molienda tradicional, la II Cabalgata Cervantina, el deporte y la gastronomía.
Rosa Melchor, alcaldesa de Alcázar, participó y disfruto de algunas de estas actividades, entre ellas la cabalgata. Portando un Quijote bajo el brazo, Mariano Cuartero, concejal de Turismo, y Rosa Idalia Cruz, concejala de Turismo, realizaron este curioso recorrido por los lugares más emblemáticos que relacionan Alcázar con Cervantes, entre ellos la Plaza de Santa María, iglesia en la que se encuentra la partida de bautismo de Cervantes. “Reivindicamos Alcázar como cuna de Cervantes, una seña de identidad de la ciudad y sus habitantes”, comentó Rosa Melchor que valoró el “buen funcionamiento” de las jornadas. De entre todas las actividades destacó las dirigidas a escolares, que contribuyen a que conozcan la historia de Alcázar y su patrimonio, de una forma lúdica, para que aprendan a valorarlo.
Ayer domingo finalizaron las jornadas en el cerro de los molinos, un entorno en el que deporte, gastronomía y tradición se dieron cita.
A las 10 de la mañana, la alcaldesa, acompañada de Javier Ortega, concejal de Deportes, daba la salida a los más de 1.000 deportistas que participaron en la XVIII edición del Duatlón Cros Alcázar, tanto de forma individual como en parejas. Una prueba dura y muy vistosa, ya que los tramos preparados para recorrer en bicicleta presentan bastante dificultad y bordean el cerro, con los molinos de viento de fondo. Unos molinos que no llegaron a mover sus aspas para moler el trigo, debido al soleado y tranquilo día y la falta de corrientes de aire. No obstante, alcazareños y visitantes pudieron igualmente visitar el gigante manchego y conocer su maquinaria.
También en este entorno, a los pies del cerro de San Antón, junto al polvorín, una decena de cuadrillas se reunieron para elaborar duelos y quebrantos, el tradicional plato manchego que se elabora con huevos, chorizo y tocino.
En definitiva, un fin de semana lleno de actividades que contribuyó a poner en valor las señas de identidad cervantinas de Alcázar de San Juan, el deporte –que desde hace unos años se une a la cultura en este tipo de eventos- y la gastronomía local. Actividades que atrajeron también, nuevamente, el turismo a la ciudad.