A propósito del libro “volando al viento” De la quintanareña Felipa Contreras Añover

Por Enrique Pedrero Muñoz

Asociación Madrileña y Española de Críticos de Arte.

Este interesante libro, está prologado y dirigido por su hija la actriz Chuss Leiva, la cual ha sido testigo en primera mano de las confesiones de su madre Felipa, de sus emociones o sus decepciones, en definitiva de una dilatada vida, con ideas de superación, que unas veces se cumplió y otras no, que tiene lugar  en su tierra natal Quintanar de la Orden (Toledo) durante y en la posguerra civil española, para trasladarse en plena juventud a tierras catalanas.

Esta es la historia de su vida, en este más que biográfico ejemplar que aquí comentamos brevemente y que comienza el 11 de abril de 1938 fecha de su nacimiento, en la Mancha Alta, en el seno de una familia humilde numerosa, pero bien situada modestamente, gracias al estraperlo y gran vendedor que era su padre, donde nunca les faltó para comer.

El matrimonio tenía 6 hijos 5 hembras y un varón, siendo la menor nuestra protagonista, que como muchos niños y niñas castellano-manchegos de la época, comenzó a ir a un colegio de monjas a los 5 años, de cuyas asignaturas que estudiaba, su plato fuerte eran las matemáticas, la historia y la geografía. Más tarde a los 10 años ingresa en las llamadas escuelas Pías, incluso en las horas libres después del colegio, junto con unas amigas realizaban un teatrillo para cantar y bailar, intuición que, aunque no lo desarrolló demasiado, posteriormente, si lo heredó su hija Chuss, en la actualidad gran actriz española.

En 1952 contaba Felipa con 14 años, que, hasta cierto punto, si le había dado tiempo para recrearse en la idiosincrasia de su pueblo, que en esta época contaba con 14.000 habitantes, era y es cabecera de comarca, contaba con grandes industrias chocolateras, de licores, un gran comercio, su agricultura, sus fiestas patronales, como la Virgen de la Piedad, San Isidro o los Moros y Cristianos, las romerías, entre otras. También le gustaba degustar las grandes comilonas que se hacían con caldereta, buen queso, gracias al buen ganado de oveja que se cría en la zona o como postre final los churros y el chocolate.

Pero también conoció las penurias de la época, ya que tuvo que incorporarse al trabajo como muchos otros jóvenes a los 14 años, en este caso a la venta ambulante de frutas que su padre tenía, sobre todo los melones de Tomelloso, recorriendo varios pueblos y ciudades de las provincias de Cuenca y Guadalajara y vendimiando en la época de recolección. También conoce un novio, aunque duró poco tiempo el idilio  y fallece su abuela.

Ya con 16 años va acontecer un cambio radical en su vida y es la visita de una amiga de su hermana Paca, llamada María, residente en Barcelona, que, durante su estancia de vacaciones en Quintanar, le habla de lo bien que se vive allí, incluso le puede proporcionar un trabajo en Riudoms, pueblo cercano a Reus y a la vez en Valls (Tarragona).

Después de convencer a sus padres, que no fue fácil, gracias a María que lo consiguió, marcha para allá y se incorpora al trabajo como sirvienta, con alimentación y hospedaje, ganando 250 pesetas al mes.  Pero ocurrió lo que le puede pasar a cualquier joven de su edad, que se enamoró perdidamente de Francisco llamado “Frasquito” para la familia y los amigos, que había estado enfermo de tuberculosis, pero que ya según él, ya estaba curado, aunque la familia que le daba trabajo a ella no estaba conforme, por si le pegaba alguna enfermedad y se la transmitía a ellos.

Los males no tardaron acontecer, cuando de vacaciones en Quintanar su padre se entera del idilio con Frasquito y además su amiga María ya no iba a volver a Cataluña, y como menor le retiene a la fuerza en la ciudad manchega.

Más tarde por iniciativa de su padre, trabaja en Madrid, para un matrimonio ciego,  a los cuales les cuidaba y acompañaba, pero ella seguía muy enamorada de Frasquito, que le llamaba insistentemente para que volviera, de esta forma,  convence  a su hermano para que le deje marchar a Cataluña, aunque su padre cuando se enteró se puso en cólera, pero más tarde se resignó y la perdonó.

Trabajó con una familia y también como distribuidora de Avón donde recibió varios premios por sus ventas.

Era el año 1956 y Felipa contaba en esta fecha con 20 años, de momento residió en la casa de la que sería posteriormente su suegra en la ciudad de Valls, aunque después en 1959 se casa con Frasquito, teniendo su casa aparte de la familia de su marido. Acuden muchos de sus allegados, incluso le ayudan económicamente.

Tuvieron tres hijos: Rafael, María Jesús, que después insistiría en llamarse Chuss y Jonathan. Llegando a situarse laboralmente todos.

Perdió a varios familiares por enfermedad cancerígena, incluso algunas de sus hermanas, también muere su padre en 1978 con 80 años y en 1987 su madre con 85.

Ahorradora por antonomasia, ha llegado a tener su dinerillo, alternando con los bancos como buena economista y conocedora de las matemáticas.

Aunque lo que no esperaba era la muerte repentina y tan joven de Frasquito a sus 59 años en el año 1990, que le dejó destrozada y sin palabras, pues se había muerto su gran amor.

Rehízo su vida sin su marido y ya no se volvió a casar, siguió viviendo en Valls, alternando sus viajes a Quintanar y a Salou donde habían comprado un apartamento en vida de su marido y conocía grandes amigos.

En el año 2005 con 67 años le diagnosticaron algo así como una leucemia, pero con su gran fortaleza, ha ido aguantando las sesiones de quimioterapia, hasta llegar a la actualidad, recién cumplidos los 79 abriles en el 2017, defendiéndose de la enfermedad como puede a trancas y barrancas. Pero ha hecho lo más importante que es narrar su vida en este más que interesante libro que presentara el pasado día

31 de mayo día de la región, en la Casa de Castilla-La Mancha en Barcelona, en presencia del Presidente del ente Enrique Ballesteros y numeroso público en un acto muy emotivo.

Ahora el Excmo. Ayuntamiento de Quintanar de la Orden, le va a dedicar un homenaje y la presentación de este libro el día 1 de julio a las 13 horas en una  de las salas del consistorio.

Esperemos que este ejemplar llegue a manos de muchas personas, porque a mí personalmente me ha emocionado su lectura numerosas veces, porque esta historia es la de muchas personas de la época que tuvieron que emigrar, buscando una vida mejor.

Enrique Pedrero