El Sábado Santo implicó la finalización de las Rutas Barrocas con un recorrido que comenzó en la iglesia de San Pedro y finalizó en la Catedral. La presentación de los espacios corrió a cargo de José Manuel Cañizares, arquitecto y profesor de la U-CLM y Pedro Miguel Ibáñez, investigador, escritor y también profesor de la universidad castellanomanchega. Se ofrecieron dos conciertos con música de Johann Sebastian Bach.
Simultáneamente a esta actividad terminaba también el apartado social de la SMR que ha llevado la música a hospitales y centros de la tercera edad con una gran emoción por parte de los componentes de la Academia al sentir el agradecimiento de quienes no tenían posibilidades de acceder a los espacios en los que se desarrollaba la Semana oficial.
Posteriormente en la capilla del Real Hospital de Santiago el Coro de la Academia de la SMR y la Orquesta de Cámara de la misma, dirigidos por Antonio Fauró, ofrecieron un concierto dedicado a la Misa en re mayor de Dvorák y a corales de diferentes pasiones de Johann Sebastian Bach.
Luis Tomás de Victoria fue el compositor protagonista del concierto número 11, con la Missa pro Victoria, en un espectáculo sorprendente para el público de hoy, desconocedor de todo el rito que en su época acompañaba estas interpretaciones.
El Requiem de Maurice Duruflé dio paso a la sentida interpretación que ofreció Amancio Prada del Cántico Espiritual basado en textos de San Juan de la Cruz. En esta ocasión en la versión con acompañamiento del Coro RTVE bajo la dirección de Javier Corcuera. El público, puesto en pie, obtuvo como agradecimiento una bellísima interpretación de un poema de Santa Teresa de Jesús.
Finalmente, como colofón a esta edición de la SMR, el conjunto Música Ficta, bajo la dirección de Raúl Mallavibarrena, se ha ofrecido en la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora de Arcas, un concierto de música del Renacimiento de la que esta agrupación son interpretes ampliamente reconocidos.
Valoración general de la 56 edición de la SMR por su director artístico Cristóbal Soler
El balance es positivo, en el sentido que ha habido un éxito de público, de crítica, sobre todo por las novedades de esta edición como las Rutas Barrocas, los Encuentros, la SMR social o la Academia. Estoy muy satisfecho porque ha sido aceptado por la sociedad como algo novedoso y entienden que debe continuar.
¿Lo más destacable de la SMR?
La creación de la Academia de la SMR justifica la Semana en sí misma. Es lo que han dicho numerosos críticos que han pasado por este Festival. Una semilla muy potente que acabamos de plantar cuya potencia se ha demostrado con el Lazarus en el auditorio y con la gira que se ha realizado por Castilla-La Mancha. Era una de las pretensiones que tenía, que la SMR saliese de Cuenca. Estoy muy feliz con el resultado.
¿Y en cuanto a la economía?
Hemos cerrado muy bien los presupuestos para reducir gastos e incluso puedo comentar que ya hemos cubierto parte importante de la deuda, aunque hay que seguir trabajando. La deuda se ha reducido sustancialmente y el objetivo sería conseguir que el año que viene sea cero.
¿Público?
El aforo ha sido prácticamente completo en el auditorio y totalmente lleno en los otros espacios. La respuesta de la gente de esta ciudad ha sido estupenda.
¿Alguna novedad para el año que viene?
Las líneas de trabajo están marcadas y pienso que son las adecuadas. En cuanto a grupos e intérpretes de primerísimo nivel que suelen tener una agenda a dos años vista, ya hemos conseguido dos agrupaciones para el año que viene que son muy representativas de la música religiosa en el panorama internacional.
¿Planes para la Academia?
Hay un curso académico que arrancará en septiembre-octubre, donde habrá un trabajo estable y un gran profesorado. No sólo habrá una práctica orquestal, coral y vocal con ellos, sino que la queremos aumentar a un departamento de música antigua, a un aula de canto gregoriano, de la que se hará cargo Carlos Asensio y también un departamento de música contemporánea del que estará al frente José María Sánchez-Verdú y que habrá diferentes profesores residentes que, en esta ocasión, será Francisco Coll. La idea es que este trabajo pedagógico y de perfeccionamiento que arrancará en septiembre tenga ya su fruto en la próxima edición de la SMR.
¿Qué ha sido lo más emocionante?
Ha habido muchos momentos. El más emocionante ha sido cuando escuché el mencionado Lazarus de Schubert, interpretado por la Orquesta, Coro y Solistas de la Academia. Era su verdadera presentación al completo y en donde esa apuesta por la juventud y el talento español supuso el reconocimiento del talento que tenemos en casa. Fue muy emocionante ver como el público acogía el trabajo de esos jóvenes.