No nos cambies el nombre, ayúdanos a cambiar la realidad
la Asociación Síndrome de Down Adown de Valdepeñas (ciudad Real), se hace eco de los argumentos que desde el CERMI Canarias han realizado en favor del término «personas con discapacidad» en lugar de «personas con diversidad funcional». Así mismo, adjuntamos fichero con el decálogo que han realizado sobre éste asunto.
El Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Canarias (CERMI CANARIAS), según acuerdo tomado por todas las entidades que lo integran en su asamblea anual celebrada en el día de ayer, reivindica el concepto ‘personas con discapacidad’ a raíz del uso, cada vez más habitual por parte de administraciones, entidades y particulares, del término ‘personas con diversidad funcional’ para referirse a las personas con discapacidad.
El comité basa esta defensa, por un lado, en el hecho de que ‘personas con discapacidad’ es un concepto socialmente reconocido y que tiene el amparo de la Convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobada en 2006 y aceptada por la mayor parte de países. Además, en el ámbito estatal, la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, en el Titulo III Infracciones y Sanciones, en su disposición adicional octava indica que: “A partir de la entrada en vigor de la presente Ley, las disposiciones normativas elaboradas por las Administraciones Públicas utilizarán los términos persona con discapacidad o personas con discapacidad para denominarlas”.
Por otra parte, el uso del término ‘personas con diversidad funcional’ es ambiguo y «hace invisible al colectivo, puede generar confusión e inseguridad jurídica y rebajar la protección que todavía necesitamos».
Sustituyendo ‘personas con discapacidad’ por ‘personas con diversidad funcional’ «corremos el riesgo de esconder una realidad conocida a la que tenemos que hacer frente día a día en un entorno donde es fundamental trabajar en la defensa de nuestros derechos».
Por ello, bajo el lema ‘No nos cambies el nombre, ayúdanos a cambiar la realidad’, el comité hace un llamamiento público a la reflexión sobre la terminología relacionada con las personas con discapacidad y sobre la que pide, en cualquier caso, ser muy cuidadosos y respetuosos para no hacernos invisibles.
Desde la plataforma representativa de las personas con discapacidad en Canarias, CERMI Canarias, somos partidarios de seguir empleando ‘personas con discapacidad’ para hacer visible el colectivo y, al mismo tiempo, avanzar en la línea de sensibilización y reivindicación que nuestra sociedad y nuestras instituciones aún necesitan.
Decálogo sobre uso apropiado de la imagen social de la discapacidad
- Los medios reflejan la sociedad. Las personas con discapacidad son parte de la sociedad. Los medios deben reflejar a las personas con discapacidad Incluir la discapacidad, grupo históricamente excluido y discriminado, requiere de una nueva actitud abierta e inclusiva.
Implica que al tratar una noticia o una imagen relacionada con las personas con discapacidad, el profesional de la comunicación tenga presente y recuerde que son parte de la sociedad y, por tanto, deben quedar reflejadas.
- Visibilizar: la normalidad de lo normal. Aprender a ver En España hay más de 4 millones de personas con discapacidad, si a esto unimos sus familias, la cifra es de 10 millones de personas relacionadas directa o indirectamente con la discapacidad. Por tanto, se incrementa el público objetivo.
- Incluir la discapacidad: intereses generales y sectoriales En el ámbito de la información y la comunicación la presencia de la discapacidad es doble:
- a) Sectorial, cuando el tema que se trata se vincule con la discapacidad. Además, en el ámbito informativo, hablar de discapacidad no debe implicar necesariamente incluirla en el apartado de lo social, hay que atender al tipo de noticia (economía, nacional, internacional…), y no al grupo social del que se habla.
- b) Transversal, incorporando la discapacidad como un elemento más dentro del contexto cotidiano de la sociedad. Mostrarla como parte de la sociedad en su medio, reforzando así el valor de una visión inclusiva.
- La discapacidad y las sinécdoques: nunca la parte por el todo La capacidad como la discapacidad son hechos innegables, pero no absolutos. Por ello, una persona con discapacidad debe ser reflejada con su capacidad, sin dejar que la discapacidad sea un absoluto que niegue la capacidad del individuo.
En definitiva, hay que visibilizar, pero sin que la discapacidad, salvo que sea el contenido esencial de la noticia, absorba toda la atención y acabe siendo el parámetro que explica a la persona, de la misma forma que ser mujer, hombre, inmigrante no determina tampoco quién es la persona.
- El lenguaje en el tratamiento de la discapacidad: ¿qué terminología? La cuestión terminológica es compleja, porque las palabras comportan significados sociales: “las etiquetas”.
Por ello, puede causar cierta perplejidad la variedad de palabras con las que designar la discapacidad y a las personas que la presentan. Pero en el fondo, muestran una evolución en la búsqueda de un lenguaje que no estigmatice ni prejuzgue menor valor.
Actualmente, existe una forma generalizada y con amplio consenso, incluso normativo en el plano internacional1, que se considera correcta:
Discapacidad y personas con discapacidad (es la apropiada).
En cuanto a los tipos de discapacidad, existen discapacidades físicas, sensoriales (visuales y auditivas), intelectuales y mentales, aunque la catalogación puede ser mucho más amplia y la relación no agota las posibilidades.
Es necesario erradicar terminología ya caduca, palabras como minusvalía, minusválido, discapacitado, inválido, retrasado, incapaz…
- Neutralidad y objetividad: diferenciar el valor de la persona de una de sus circunstancias Al hablar de discapacidad no hay que juzgar ni cargar con prejuicios.
Objetivo: evitar connotaciones que perpetúen imágenes negativas o que predispongan a una mirada condescendiente, paternalista o estereotipada (sufrir, padecer, postrado… son expresiones caducas que no deben ser empleadas).
El lenguaje correcto implica ser neutral con los hechos, diferenciando lo objetivo: la persona y su discapacidad como elementos de la diversidad, sin que se incluyan juicios de valor, estigmas a priori.
- Precisión y rigor: no café para todos Conocer la propia diversidad que hay dentro de la discapacidad, no dando por sentado que todas las discapacidades son iguales.
1 Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas de 13 de diciembre de 2006.
- El contexto Contextualizar la información para facilitar una imagen más real y acorde con la realidad.
- Barreras contra Valores: Autonomía e Igualdad Las barreras pueden definirse como un obstáculo a la participación, al ejercicio de sus derechos, incluidos los fundamentales y, por tanto, a la inclusión de las personas con discapacidad por razón de la discapacidad.
Existen diferentes tipos de barreras: de movilidad, cognitivas, a la comunicación e información, en el acceso a bienes y servicios, y mentales derivadas de prejuicios y apriorismos negativos en torno a la discapacidad. Precisamente, en el ámbito de la comunicación y de la información e igual de importante que una atención de la discapacidad desde el enfoque de los valores resulta incorporar de forma activa la accesibilidad a la misma: que la información y la comunicación se proporcione en formatos, medios y vías accesibles desde el origen.
Las barreras, que son construidas por la sociedad, minan la autonomía e igualdad de la persona con discapacidad.
Es necesario diferenciar la persona de la barrera, porque ello permitirá tanto el no poner barreras de acceso a la comunicación o mentales, como el denunciarlas, asumiendo que la sociedad, conforme al modelo de derechos humanos, debe ser inclusiva.
Un ejemplo ilustrativo: si una persona con discapacidad auditiva no puede acceder a un programa televisivo porque éste no está subtitulado o emitido en lengua de signos, no es por razón de su discapacidad, sino porque la programación no es accesible. Y que sea accesible o no, es precisamente una decisión del medio. Implica por tanto un cambio activo de perspectiva.
Por ello, señalar, denunciar, prevenir con formatos accesibles y eliminar las barreras es otra forma de promover la igualdad y de erradicar las ideas de paternalismo. Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos, y cuando son vulnerados, estas violaciones deben ser denunciadas.
- Las fuentes Es esencial construir un diálogo fluido entre los medios de comunicación y las organizaciones de personas con discapacidad y de sus familias. La colaboración entre los profesionales de la comunicación y el sector de la discapacidad es clave para asegurar que los mensajes lanzados a la sociedad son inclusivos, ajustados y rigurosos. III. INDICIOS Retos o preguntas que los profesionales de la comunicación deben tener en cuenta:
¿Se aborda al grupo social de la discapacidad o se les trata como sujetos o más bien como objetos? ¿Qué valores se transmiten sobre el grupo? (ver uso de verbos y adjetivos) ¿Caen en el error de transmitir una imagen amalgamada en la que parezca que todas las discapacidades son iguales? ¿Se promueve una visión caritativa/paternalista o por el contrario de ciudadanía, donde las personas con discapacidad participan en todos los ámbitos de la sociedad como cualquier otro ciudadano? Si describen barreras, ¿las vinculan a la discapacidad o a la sociedad? ¿Hacen juicios de valor sobre la forma en que la discapacidad ha de ser vivida? Si el profesional de la comunicación tuviera una discapacidad, ¿se sentiría cómodo/a con la imagen transmitida? ¿Están creando barreras a la inclusión?