Han pasado tan solo días desde el 22 de Enero, pero ya ha sido suficiente para darnos cuenta de la gran pérdida que sufrimos. Se fue un referente, un maestro de la vida, un compañero incondicional, un socialista honestamente convencido, mi viejo profesor y a la vez mi gran padre y amigo. Pocas son las personas que puedo decir que echo en falta, pero mucho menor es el número de personas cuya pérdida me ha hecho un daño considerable, las puedo contar con los dedos de la mano y quizás me sobren, y si, uno de esos dedos eres tú, peleando firmemente por la pole position.
Son muchos los recuerdos que en estos días se me vienen a la cabeza, innumerables momentos, inacabables conversaciones que duraban horas y horas. Pero a pesar de que en estos momentos la tristeza nos invada a muchos, ya el mismo día en el que te decíamos adiós todos nos acordábamos de tantas cosas buenas que habíamos pasado contigo. Recuerdo como lo comentaba en la puerta de San Antón con tu mujer Inés y con tu hija, también Inés, que decían que se quedaban con la cantidad de cosas positivas que un montón de gente les había dicho de ti. Y es que es parecido a lo que me ocurre a mí también, me quedo con todo lo que hemos vivido juntos pero también con todo lo que he aprendido de ti, que no han sido pocas cosas.
De ti he aprendido que la política, de la forma tal y como la vemos nosotros, debe ser la herramienta de defensa de los débiles frente a aquellos que pretenden aprovecharse de sus circunstancias. De ti he aprendido que el trabajo que se hace en pro de unos ideales no tiene precio. De ti he aprendido que el dinero es lo más prescindible que tenemos, y que el hombre más rico es aquel que vive por unos principios. De ti he aprendido que empatizar con la gente no significa pensar como ellos, sino que significa ser una persona respetuosa. De ti he aprendido a ser un firme defensor de la diversidad y admirador de la confrontación de ideas y del debate, siempre con voluntad de diálogo. De ti he aprendido que un líder como tú eras debe de ser una persona práctica pero con un gran cimiento teórico. De ti aprendí a interpretar esa frase de Ernesto Ché Guevara que dice “No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante.” De ti aprendí, en definitiva, que un socialista convencido como lo eras tú o como me lo considero yo, jamás puede pisar el mundo y pasar de largo, sino todo lo contrario, debe estar dispuesto a poner todas sus capacidades y a pelear con todas sus fuerzas para conseguir un mundo más justo e igualitario, que al fin al cabo es uno de los sentidos que le damos a nuestra vida. Creo que la frase que mejor define este sentir es del filósofo francés Rousseau, y que emplea mucho Alfonso Guerra para definir lo que entendemos por socialismo, y la frase dice ”Que nadie sea tan pobre para tener que arrodillarse delante de nadie y que nadie sea tan rico para poder poner a otro de rodillas”, y en esto seguimos, intentando honrar y seguir con el legado que gente como tú nos habéis dejado.
La gente te recordará como el primer alcalde socialista que cambió los nombres de las calles del pueblo (eliminando los de la dictadura franquista), como la persona que apostó por el deporte, que hizo con su trabajo y el de más gente que nuestro Cross fuese internacional, que hizo que nuestro pueblo apostase por la cultura y la educación, que demostró a la gente que en un pueblo mayormente de centro derecha era posible una política progresista. Pero también te recordarán como el humilde senador que defendía la mancha hasta lo imposible, y así lo hizo saber un ciudadano del vecino municipio de Quero, el cual dijo en una asamblea abierta con Nuria Herrero presente que el único senador que se había preocupado por esa zona había sido MANUEL GOYA BURGUÉS.
En base a todo lo que he dicho, y para ir despidiéndome, me atrevo a afirmar y afirmo con gran seguridad y certeza que el patrimonio que adquieran ahora tus descendientes, no será para nada comparable con el honor que pueden sentir al decir que han sido mujer (Inés), hijos (David e Inés) y nietos (Sofía y Pablo, de los que estabas perdidamente enamorado) de Manuel Goya.
Aquí abajo todos te recordamos, Javi Úbeda, Miguel Angel Nieto, Juan Carlos Navalón, concejales, exconcejales, compañeros, vecinos, que tuvimos la suerte de compartir tiempo de nuestra vida contigo.
Hasta siempre profesor, nosotros seguimos aquí, de pie y de frente, y recuerda lo que dijo Pablo Neruda “Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera”.
Álvaro Toconar Calleja
2 comentarios
No has podido definir mejor a mi hermano. Gracias por tu emotivo articulo.
Gracias Maite. Cada día que pasa noto más su ausencia.
Son unas palabras más que merecidas.
Un saludo.