Al principio de este certamen se ha guardado un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de la cadena de atentados de París
El Festival Internacional de Polifonía ‘Alonso Lobo’ de Cuenca se ha estrenado por todo lo alto con una primera sesión que ha resultado brillante y del agrado del público presente. Un arranque que, como era de esperar, ha estado marcado por el recuerdo de las víctimas de los atentados de París. Y es que se ha guardado un sentido y respetuoso minuto de silencio, con el que los asistentes han querido también mostrar su más rotundo rechazo a la barbarie terrorista.
Muchas han sido las autoridades que se han dado cita en el Paraninfo Universitario de la capital, entre las que se encontraba Francisco Javier Domenech, diputado provincial de Cultura, que no han querido perderse esta cita organizada por el Coro Alonso Lobo y la Universidad de Castilla-La Mancha, con el patrocinio, entre otros, de la Diputación Provincial de Cuenca.
En esta primera sesión, los asistentes han podido disfrutar de un rico repertorio de música polifónica de cámara, a cargo del coro ‘Tomás Luis de Victoria’, de Brunete (Madrid), del coro alicantino ‘Salblonara’ y del madrileño ‘Salix Cantor’. Formaciones vocales que han ofrecido desde piezas en torno al “Oficio de Semana Santa”, de Tomás Luis de Victoria, hasta una selección de villancicos y motetes para la navidad en las catedrales barrocas del Virreinato de Nueva España, pasando por la música que se hacía en los teatros españoles del Renacimiento y del Siglo de Oro.
En fin, una tarde-noche de música de cámara, que ha logrado conectar con el público asistente y que ha finalizado con la entrega a los tres coros participantes de una escultura de Tomás Bux, diseñada expresamente para este festival.
Para el día 15, concluye este festival con la actuación, del coro valenciano ‘Studium Vocale’, que presentará una línea de evolución vocal desde el siglo XVI hasta el XX, mientras que el coro conquense ‘Alonso Lobo’ ofrecerá el repertorio que suele interpretar habitualmente en Cuenca; es decir, música profana del siglo XVI, polifonía religiosa de Tomás Luis de Victoria y, como no, música para la Semana Santa, entre la que destaca la obra del compositor conquense, natural de Santa María del Campo Rus, Carlos Patiño, Maestro de Capilla de Felipe III.