Presentación del libro del colegio escrito la ex alumna María Soledad Salve Díaz-Miguel
Diego ortega habla del colegio de la sagrada familia como “historia viva en la que muchos alcazareños se ven reflejados”. El libro es un repaso cronológico por los cien años de vida del centro educativo
Diego Ortega, alcalde de Alcázar de San Juan, ha afirmado hoy que el Colegio de la Sagrada Familia es “historia viva” de la ciudad, una historia en la que “muchos alcazareños se ven reflejados”. Ortega, ha hecho estas declaraciones en el Museo Municipal, donde hoy se ha presentado el libro “Colegio de la Sagrada Familia (1914-2014). Cien años educando en Alcázar de San Juan”, de la ex alumna María Soledad Salve Díaz-Miguel. Una presentación que se ha unido al amplio programa de actos realizados durante todo el pasado año se para celebrar el centenario del colegio.
Según ha manifestado el alcalde, “la presentación de un nuevo libro siempre es una gran satisfacción, sobre todo cuando documenta la historia de Alcázar de San Juan”; una historia de cien años en la que son muchos los alcazareños que han tenido relación con el colegio y que, por ello, se podrán ver representados en el libro, concebido como una recopilación de datos históricos a la que acompañan numerosas fotografías que aparecen por las páginas y también en un CD que se adjunta con cada ejemplar.
Diego Ortega, ha felicitado a la autora por su trabajo de investigación y a la Asociación de Antiguas Alumnas por el brillante centenario que han celebrado con exposiciones, conferencias y la escultura de Santa Emilia de Rodat que recientemente se inauguró en la Plaza de Santa Quiteria. Asimismo, ha destacado los cien años de enseñanza que las religiosas han brindado y lo siguen haciendo a la sociedad alcazareña.
En su alocución, María Soledad Salve, ha explicado que el libro comienza con la apertura en 1908 del colegio de la Sagrada Familia de Herencia, que fue el primero que esta comunidad de origen francés abrió en la comarca. A partir de ahí, un grupo de monjas se trasladaron a Alcázar de San Juan para abrir en 1914 otro centro, del que el libro relata, a través de documentos históricos y datos extraídos de entrevistas, toda su trayectoria, relacionada asimismo con la labor social de la comunidad religiosa. No es, por tanto, un libro de testimonios, sino una exhaustiva investigación apoyada siempre en documentos y archivos históricos que hablan de la propia historia de la ciudad durante el último siglo.
La autora ha destacado que el colegio ha educado a un gran número de alcazareños, pero hizo especial hincapié especialmente en la oportunidad educativa que el centro supuso para las niñas, que antes de la expansión de los colegios públicos tuvieron en la Sagrada Familia prácticamente la única oportunidad de “romper los tabúes de carácter cultural que prácticamente obligaban a las mujeres a dedicarse al hogar”. “El colegio cubrió las expectativas de muchas mujeres alcazareñas”, ha afirmado.