Los presidentes de ambas instituciones, Benjamín Prieto y Miguel Ángel Redondo, han mantenido un encuentro en el Palacio Provincial para ultimar los detalles de las bases de este concurso nacional, que se encuadra dentro del marco de colaboración entre la Diputación y la Demarcación de Cuenca del Colegio de Arquitectos de C-LM
Dentro del marco de colaboración que mantienen desde hace unos años en torno al patrimonio de la provincia, Diputación Provincial de Cuenca y Demarcación de Cuenca del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM) están preparando un concurso de arquitectura para la redacción de un proyecto de rehabilitación y puesta en valor de la Torre de la Mendoza y su entorno, ubicada en el Cerro de El Terminillo, junto al futuro hospital de Cuenca y a la circunvalación de la CM-220.
Con tal motivo, Benjamín Prieto, presidente de la Diputación conquense, y Miguel ángel Redondo, presidente de la Demarcación de Cuenca del COACM, han mantenido un encuentro este martes en el Palacio Provincial, en el que han ultimado detalles sobre las bases de este concurso de arquitectura de ámbito nacional.
Ambos han coincidido en la necesidad de intervenir de manera urgente en esta torre de telegrafía óptica “debido a la gravedad y el avanzado estado de deterioro de la misma, que obliga a actuar antes de que sea demasiado tarde y tengamos que lamentar la desaparición de este magnífico ejemplo de arquitectura industrial”.
Asimismo, consideran que “es bueno y necesario poner en valor recorridos y paisajes conquenses, elementos que nos diferencian de otras urbes y, sin duda, contribuyen a hacer una ciudad más sugerente, atractiva e interesante donde quedarse a vivir”. Y es que este enclave, tal y como han remarcado, tiene un especial atractivo con las maravillosas vistas panorámicas de la capital y su entorno, divisando, incluso otras torres que enlazan con ésta; todo ello, sin olvidar, que con la intervención se busca que sea un sitio de referencia para todas esas personas que salen día a día a caminar o hacer deporte, un hito que genere recorridos y se convierta en un aliciente más en una ciudad con hábitos saludables.
Importancia de este elemento arquitectónico que también comparte la Asociación de Amigos del Telégrafo de España, asegurando textualmente que “la Torre de la Mendoza, la número 101 en el ramal de Cuenca y cabecera de línea, constituye un valioso e imponente testigo del patrimonio arquitectónico preindustrial español, que tenemos la obligación de conservar y preservar”.
No es de extrañar que, en consecuencia, ambas instituciones apuesten por un proyecto de rehabilitación y puesta en valor de calidad para dar respuesta de manera exquisita a todas estas consideraciones.
Es por ello que los profesionales interesados en este concurso nacional de arquitectura deben incluir en su proyecto desde la consolidación y rehabilitación de la Torre de Mendoza y propuestas de musealización interior hasta la iluminación de la torre como referente nocturno en el paisaje, la instalación de paneles explicativos en su entorno y la creación de miradores, tanto en la cima como en su recorrido, pasando por la colocación de mobiliario para el descanso y la contemplación y, sin olvidar, la posible intervención en el paisaje e intervención en el acceso.
Tanto Redondo como Prieto han recalcado que después del proceso de selección de los trabajos presentados al concurso, se baraja el montaje de una exposición con los mejores trabajos y propuestas con el fin de que sean disfrutados por la sociedad conquense.
Torres de telegrafía óptica
La torre es el único signo visible de la aventura pionera de la telecomunicación en España. Representa los comienzos de la tecnología de las comunicaciones, siendo el soporte físico de la tecnología óptica, por la cual se emitían señales visuales como signos cifrados.
Estas torres llegaron sobre 1848 a Cuenca, que se convirtió por su posición estratégica en la provincia en la que se instalaron más torres de telegrafía óptica civil, comunicando Madrid con Valencia. Aún se conservan unas 20 torres en la provincia, un tesoro de la arqueología industrial que, a juicio de Prieto y Redondo, “tenemos el deber de conservar y de transmitir a las generaciones venideras».
