Castilla-La Mancha Media ha colaborado en el documental “Regresa el Cepa”, una contextualización fiel de los hechos, con sus protagonistas.
Los amantes del buen cine tienen esta noche sesión completa en la televisión pública de Castilla-La Mancha. CMM emite a partir de las 22.30h El Crimen de Cuenca y, a continuación, el largometraje documental en el que ha colaborado Regresa El Cepa, con los mismos personajes que hace 40 años dieron vida a aquella película.
El Crimen de Cuenca, dirigida por Pilar Miró, cumple ahora 40 años desde su grabación y relata uno de los capítulos judiciales más negros y recordados de la historia: la condena a muerte a dos personas humildes por un crimen que no cometieron.
La película describe sin reserva alguna los hechos reales ocurridos en la comarca conquense de Belmonte, específicamente en los municipios de Tresjuncos y Osa de la Vega. En 1913, Gregorio Valero Contreras y León Gascón Sánchez, amigos y vecinos de Osa de La Vega, fueron torturados hasta que confesaron un asesinato que no habían cometido.
La condena se produjo incluso sin haber encontrado el cuerpo del supuesto asesinado, un pastor y compañero de ellos, Jose María Grimaldos, El Cepa. Tras ser juzgados en la Audiencia Provincial de Cuenca, se modificó la petición de pena capital para condenarles a dieciocho años de cárcel.
Esta historia cinematográfica tuvo problemas para su estreno en España, de hecho, la primera proyección pública se produjo en el Festival de Berlín. La censura española hizo su función.
Cuarenta años después, el mismo actor que encarnó a El Cepa, Guillermo Montesinos, ha protagonizado un largometraje dirigido por Víctor Matellano y en el que ha colaborado Castilla-La Mancha Media.
En la oferta temática de hoy desfilan temas de gran interés, como son los dificultosos primeros pasos de la democracia, la censura, la tortura, la libertad de expresión o el papel protagonista de la mujer en la sociedad.
La película ha significado un hito en la historia del cine español. El documental es una crónica no solo de los hechos probados que tuvieron lugar entre 1910 y 1926 en dos pueblos de la provincia de Cuenca, sino también un testimonio fiel del rodaje – con sus principales protagonistas – y de las consecuencias que tuvo en la incipiente democracia española de los 80.
El documental es una radiografía fiel de complicadas relaciones entre el poder civil y militar, y del lento cambio político que se comenzaba a vislumbrar a principios de los años ochenta.