Desde la Sección de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Ciudad Real, ya se está trabajando en el control de la procesionaria en los espacios verdes de la capital.
En primer lugar se está realizando la retirada manual de las bolsas de esta oruga. En la primera semana de febrero se efectuó una primera batida, y en estos momentos se está desarrollando la segunda. Este trabajo permite retirar la mayor parte de las bolsas. Ya se han retirado alrededor de 1.000 bolsas de procesionaria localizadas principalmente en el cinturón verde de Nuevo Parque, Parque Isabel I de Castilla, Parque Antonio Gascón y Avenida de los Descubrimientos.
Además, se han instalado alrededor de 100 trampas. Un sistema que se utiliza como complemento del anterior para árboles que reúnen uno o varios de los siguientes requisitos: gran volumen de copa, elevada altura, dificultades para acceder a la copa o localización crítica por proximidad a centros educativos o similares. Consisten en un anillo de caucho que se adhiere al tronco a unos 3 o 4 metros de altura. Este anillo recoge a las orugas que descienden por el tronco y las conduce a una bolsa de plástico que finalizada la campaña se elimina.
También durante el mes de octubre, cuando las orugas se encuentran en sus estados iniciales, se realizó un tratamiento con “bacillus thuriengiensis” en las copas. Se trata de una bacteria de uso autorizado en lucha biológica que ataca al sistema intestinal de la oruga y provoca que cese de alimentarse.
Por último, se han colocado 20 cajas nido para paridos (herrerillos y carboneros). Se trata de aves insectívoras territoriales que anidan en los huecos de los árboles. La colocación de estas cajas facilita la reproducción de estas especies que contribuyen al control de todo tipo de plagas.
Estos métodos de control que se están utilizando son físicos o biológicos, en línea con lo acordado por el Pleno de la Corporación Municipal respecto de la reducción de productos fitosanitarios.