Precedida por la cruz, y la banda de música de Pastrana, siguió su recorrido habitual, pero sin que la siguieran los almonacileños, de manera que esperaron su paso, guardando las distancias, en calles y balcones.
Almonacid de Zorita (Guadalajara) vive de nuevo unos días llenos de emoción. Ayer, ocho de septiembre, Día de la Virgen de la Luz, la parroquia dio facilidades a los almonacileños para que pudieran celebrar la eucaristía, convocando la misa hasta en tres horarios diferentes.
En la de las 12:30, actuó la Rondalla de Almonacid, que acaba de estrenar su disco Tradición. En cada una de sus canciones, emoción a flor de piel. Los balcones de la villa almorcilleña se llenaron de banderas y de estandartes de la Virgen, por la que hay una devoción sin límite.
Al final de la misa, actuó la rondalla de la Villa de Almonacid de Zorita y se cantó el himno a la Virgen, con la banda de música de Pastrana. Y, por la tarde, a las a las 20:00 h. Almonacid recuperó la procesión de la Virgen de la Luz por el recorrido habitual. Según se acordó, durante la procesión, el público permaneció en las aceras, al paso de la carroza. En la procesión desfiló primero la cruz, con el hermano mayor de la Cofradía a la cabeza, seguido de la banda de música de Pastrana, la carroza de la Virgen, con los que conducen y la empujan habitualmente, los párrocos, autoridades y junta directiva de la Hermandad.
La procesión siguió el recorrido habitual, saliendo de la Ermita por la calle de Natalio Gumiel Morago, siguiendo por el callejón del Matadero, calle de Luis Fernández de Heredia Rojo, Travesía de la Iglesia y calle Cervantes, para llegar a la Plaza del Coso, calle del Gobernador, y del Conde de Saceda, de vuelta hasta la Ermita.
Los almonacileños fueron especialmente respetuosos durante el recorrido. La Virgen, iluminada, volvía a componer bellísimas estampas por las calles del pueblo, mientras la Banda, dirigida por Pascual Súñer, hacía su magnífico repertorio de marchas procesionales para profundizar en la solemnidad del momento. Muchos balcones en todo el pueblo están engalanados también con camisetas de peñas y con la imagen de la Virgen de la Luz de Almonacid.
Cuando terminó la procesión, los dos párrocos, José María Rodrigo, y el almonacileño Javier García Toledano, animaron a los fieles locales a cantar el himno de la Virgen de la Luz, en el maravilloso colofón de la procesión.
A lo largo de diferentes momentos de la celebración estuvieron presentes la alcaldesa de Almonacid, Beatriz Sánchez, los concejales Adrián Domínguez y Jesús Muñoz, Gustavo Castillo, Montserrat Parra, Raúl Parra y Mª Cristina Martín.
Cuenta la leyenda que la Virgen de la Luz en Almonacid se remonta al año 1570, cuando un vecino, Diego García Cantarero, la compró por treinta reales a un turco. La Virgen la tenia escondida en un muladar y cuando fue a entregársela a Diego, no la encontraba, por lo que el almonacileño pensó en tomar represalias. Antes de que lo hiciera, apareció la Virgen en lo alto del muladar, según Diego, radiante. Él se la envió a su hermano, que la puso en la puerta de Bolarque, donde un pajarillo limpiaba las telarañas de una corona de plomo que tenía la imagen. Desde entonces, los almonacileños veneran la imagen primero en la puerta de Bolarque y posteriormente en la ermita actual del colegio de los jesuitas, desde el 30 de agosto al 12 de octubre, siendo su día grande el 8 de septiembre.
Todos los almonacileños coinciden en señalar que, en 2022, sus fiestas patronales tienen que ser aún más especiales, para compensar estos dos años tan duros. Beatriz Sánchez ha agradecido “el comportamiento ejemplar de los ciudadanos que han sabido reservar, un año más, sus ganas de fiesta para cuando sea posible hacerlo sin restricciones”.
