El compositor y cantante conquense ha descubierto las letras de la fachada de este emblemático espacio cultural y ha mostrado su agradecimiento ante “este regalo que me hace muy feliz”.
“La música precisa de una calma flotando en el aire para disfrutar y navegar con ella, y de un espacio silencioso y sereno. Cuenca es afortunada de tener todo eso desde hace 30 años y yo que a partir de hoy llevará mi nombre”, ha declarado.
El Teatro Auditorio de Cuenca lleva ya el nombre de José Luis Perales, después de que el querido compositor y cantante conquense haya descubierto las letras de la fachada en un sencillo y emotivo acto en el que el artista ha calificado de “regalo” esta decisión tomada desde la unidad del Pleno del Ayuntamiento. “Un privilegio que agradezco profundamente de esta ciudad en la que he vivido tantos años y con tanta felicidad”, ha señalado.
Una época, ha contado emocionado, “en la que tuve que viajar continuamente por los conciertos, pero nunca me quedé en ningún otro lugar; a pesar de las distancias tenía que volver aquí. Recuerdo el ruido de mis pasos en el silencio de la calle empedrada de San Pedro cuando llegaba a mi casa al amanecer. Pero era aquí, mirando desde la ventana a la Hoz del Huécar que tenía mi pequeño estudio, donde siempre encontré la inspiración para muchas de mis canciones”.
“La música es mi vida”, ha declarado, contando que “desde niño ha sido mi pasión. Creo en la fuerza de la música y en el efecto mágico que provoca en quien la escucha. Todos en algún momento hemos recurrido a ella para curar las heridas del alma, para aplaudir la actitud de los que se entregan a los demás de forma altruista, para cantar al olvido, al sufrimiento, a la soledad, al amor y al desamor, y al desencuentro; y música al fin para la vida”.
A su juicio, “la música precisa de una calma flotando en el aire para disfrutar y navegar con ella, y de un espacio silencio y sereno. Cuenca es afortunada de tener todo eso desde hace 30 años y yo que a partir de hoy llevará mi nombre”. Y ha confesado, emocionado, que “revivir este regalo me hace muy feliz. La palabra justa para definirlo, mi emoción, nace del lenguaje interior sin artificios, sincero y sencillo, que expresa mi auténtico sentimiento de hoy en una sola palabra: gracias, gracias a todos. Alcalde, Ayuntamiento en pleno, y de forma muy especial a esta ciudad de Cuenca, mi ciudad, a la que siempre he querido”.
“El mayor embajador de esta tierra”
El alcalde, Darío Dolz, ha entregado como regalo al artista una pieza del ceramista Adrián Navarro y ha señalado que hoy es “un día muy importante para Cuenca”, iniciando el Teatro Auditorio “una nueva etapa” de la mano de “quien es el mayor embajador de nuestra tierra”. De él ha destacado varias de sus canciones, “todas hechas desde el corazón, desde el más profundo sentimiento, pero con esa calma y esa tranquilidad que sólo tú sabes transmitir al narrar sentimientos tan profundos convirtiéndolos en acontecimientos cotidianos”.
El primer edil ha recordado que el 21 de agosto el artista estará en concierto en la ciudad, donde “todos sus paisanos vamos a estar ahí, con la piel de gallina y cantando a voz en grito las canciones que han marcado nuestras vidas”. Un directo que “será un círculo que se cierra, porque en esta gira de despedida de los escenarios –que seguimos confiando en que sea un hasta luego- se van a escuchar, coreadas por miles de personas, muchas composiciones que nacieron en la intimidad, a escasa distancia, en tu querido Castejón, e incluso tu casa del Casco Antiguo”.
En el acto, en cuya mesa presidencial han estado también el concejal de Cultura, Miguel Ángel Valero, y la directora de la Fundación de Cultura ‘Ciudad de Cuenca’, Nelia Valverde, y que ha sido presentado por el Cronista Oficial de Cuenca, Miguel Romero; han estado también presentes varios concejales de la Corporación municipal, así como el subdelegado del Gobierno, Juan Rodríguez; la delegada de la Junta, María Ángeles Martínez; y la delegada provincial de Educación, Cultura y Deportes, Sonia Isidro.
