La alcaldesa ha hecho un balance muy positivo, ha dado las gracias a todas las personas que han participado en esta edición y ha confiado en que el próximo año puedan celebrarse con normalidad
Las Jornadas Cervantinas de El Toboso en honor a Dulcinea, que este año han alcanzado su trigésima edición, han sido especialmente emotivas. La pandemia por el Covid ha impedido que se hayan celebrado con total normalidad, pero “no ha mermado ni un ápice la ilusión de todo un pueblo que se vuelca cada año para ensalzar la cultura cervantina y reivindicarse como la Patria de Dulcinea”.
Así lo explicaba Pilar Arinero, alcaldesa de El Toboso, quien ha hecho un balance muy positivo de unas jornadas que se han tenido que adaptar al formato online, pero que al mismo tiempo “nos han permitido viajar en el tiempo, rememorar los inicios de estas jornadas, comprobar cómo han ido evolucionando y compartir las emociones y sentimientos que esta fiesta declarada de Interés Turístico Regional despierta en todas las personas y colectivos que participan en ellas”.
“Las Jornadas Cervantinas han llegado a ser una fiesta del pueblo y no sólo para el pueblo”, ha señalado Arinero, quien añade que “la participación de los más jóvenes asegura el futuro de estas Jornadas y evidencia su enorme potencial”.
Este año, la única actividad que se desarrolló de forma presencial fue el Paseo Cervantino, en el que el público pudo disfrutar de pequeñas piezas teatrales en diferentes lugares. Labradoras, pastores, hidalgos o el mismo Sancho Panza fueron algunos de los personajes que sorprendieron a los viandantes cantando, actuando, recitando versos o narrando cuentos en calles, plazas, balcones o patios de casas.
“Fue una actividad que pudo llevarse a cabo cumpliendo todas las medidas de seguridad frente al Covid y que permitió que vecinos y visitantes pudieran disfrutar de unas pinceladas teatrales y saborear un poquito de lo que realmente son las Jornadas Cervantinas en honor a Dulcinea, un evento en el que el teatro toma las calles de nuestro pueblo convirtiéndolo en un gran escenario al aire libre”, explica Arinero.
Otra de las actividades de estas XXX Jornadas Cervantinas fue el vídeo ‘Lectores de El Toboso’, en el que personas de la localidad hablan sobre sus libros favoritos y leen algún fragmento. Asimismo, integrantes del Club de Lectura de El Toboso ofrecieron en vídeo ‘Monólogos teatrales del Siglo de Oro’, entre los que destacaron fragmentos de ‘La viuda valenciana’, de Lope de Vega; o ‘La gitanilla’ y ‘Los baños de Argel’, de Cervantes, entre otras muchas.
El alumnado del Colegio Público ‘Miguel de Cervantes’ también se implicó con las Jornadas Cervantinas Infantiles, a través de una divertida adaptación en la que los niños y niñas recrearon algunos de los capítulos más famosos de Don Quijote de La Mancha, como la lucha contra los molinos de viento o el momento en el que es armado caballero. Tampoco olvidaron las danzas típicas y otros ingredientes de la obra cervantina.
El vídeo teatralizado sobre el capítulo IX de la segunda parte del Quijote y de los capítulos que pudieron ser y no fueron, son otros de los vídeos que se han publicado estos días. Mención especial merecen el vídeo realizado por jóvenes toboseños o el de las tres labradoras que comentan cómo Don Quijote las había confundido con una princesa o duquesa de la localidad llamada Dulcinea, que finalizó animando a todas las mujeres a quererse y a ser protagonistas de su propia novela, a la vez que recordaba que “El Toboso sólo hay uno, pero Dulcineas somos todas”.
Otra actividad fue el canto del Mayo a la Virgen de los Remedios a cargo de Alcaravea Folk y promovido por la Parroquia toboseña.
Además, durante toda la semana, se han ido publicando vídeos en la página de Facebook del Ayuntamiento de las 30 ediciones de las Jornadas. El broche final a esta edición, lo puso un documental que incluye testimonios de numerosas personas que cuentan cómo han vivido las jornadas durante estos años. Niños, jóvenes y adultos transmiten sus sentimientos y emociones, y resaltan el carácter mágico de estas jornadas y las enormes ganas de “volver a las calles”.