Cruz Roja lanzó en marzo del año pasado la mayor movilización de recursos, capacidades y personas de su historia, el Plan Cruz Roja RESPONDE frente a la COVID-19, para atender a las personas más vulnerables frente la pandemia.
El objetivo previsto inicialmente era el de apoyar a 1.300.000 personas afectadas por la crisis sanitaria, social y económica generada por la COVID-19. Durante este año, en el que Cruz Roja ha mantenido además su compromiso habitual con los colectivos con los que trabaja, el Plan Cruz Roja RESPONDE ha atendido ya a más de 3.500.000 personas.
Más de 800 personas voluntarias, han participado hasta ahora en Cruz Roja RESPONDE, demostrando su compromiso humanitario con las personas afectadas por la COVID-19.
La Organización presenta ahora el Boletín ’El impacto de la Covid-19 en la población atendida por Cruz Roja a través del Plan RESPONDE’, una investigación que pretende obtener una radiografía detallada sobre el grado de vulnerabilidad, riesgo de pobreza y exclusión y necesidades y expectativas de las personas atendidas por la Organización a través de este Plan.
Mujer, de 44 años, con hijos o hijas a cargo y en situación de desempleo. Este es el perfil medio de las nuevas personas atendidas por Cruz Roja a través de su Plan RESPONDE frente a la COVID-19, puesto en marcha ahora hace un año, tras decretarse el estado de alarma en nuestro país y que, hasta el momento, ha permitido apoyar a más de 3.590.000 personas.
Las personas que se han incorporado a Cruz Roja a raíz de la pandemia son claramente más jóvenes que las personas a las que ya atendía la Organización (44,4 años de media frente a 65 años), hay una mayor proporción de hogares con hijos menores de 16 años (50,2% frente al 22% del grupo que ya estaba siendo atendido por Cruz Roja), con una tasa de pobreza infantil del 95,6% y mayores tasas de riesgo de pobreza y exclusión (95,2% frente a 73,8%) y desempleo (30,5% frente al 24,8%).
En conjunto, el 57,5% de las personas atendidas se sitúan en la pobreza extrema. El dato para la población general es del 2,9%.
Estos son algunos de los datos que se desprenden del Boletín sobre la Vulnerabilidad Social nº 20 presentado hoy jueves, ‘Impacto de la COVID-19 en la población atendida por Cruz Roja a través del Plan RESPONDE’, una investigación que pretende obtener una radiografía detallada sobre el grado de vulnerabilidad, riesgo de pobreza y exclusión y necesidades y expectativas de las personas atendidas por la Organización a través del Plan Cruz Roja RESPONDE.
Este estudio, desarrollado en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid, indaga también en la información sobre los ingresos, situación ocupacional y los factores asociados a la salud, vivienda y protección social de estas personas con el fin de ofrecer información relevante a todos los actores implicados en la respuesta a la pandemia desde las administraciones públicas, agentes sociales, tercer sector y academia.
Impacto de género
La pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto en múltiples ámbitos de la vida de las personas atendidas en el programa RESPONDE, pero este impacto es aún más grave en el caso de las mujeres. Sus indicadores de salud son más negativos (mayor proporción de contagios y de secuelas) como también las consecuencias directas en el ámbito laboral (más despidos y menos ERTES u opciones a teletrabajar).
Como apuntamos antes, las mujeres usuarias del programa RESPONDE han sufrido un mayor empeoramiento de su salud como consecuencia de la pandemia: el 34,7% se han visto afectadas en su entorno cercano por la COVID-19 (frente al 30,8% de los hombres), reflejan mayor nivel de contagio, tanto a nivel personal como en su hogar y mayores secuelas tras superar la enfermedad (4,7%, frente al 1,6% de los hombres).
En el ámbito laboral, las mujeres han sufrido más despidos que los hombres (18,1% frente al 13.7% de los hombres), han tenido menos ERTES (57,1% frente al 60.9%) y menos teletrabajo (2,2%, mientras que los hombres alcanzaron el 4%).
A este mayor impacto de la pandemia en las mujeres es necesario añadir la sobrecarga de trabajo que han supuesto las tareas domésticas y de cuidados durante el confinamiento.
Por otra parte, un grupo de especial vulnerabilidad son las familias monoparentales, de las que cerca del 90% están encabezadas por mujeres.
Por último, el porcentaje de mujeres que señalan haber sufrido violencia de género desde la declaración del Estado de Alarma es del 1,7%.