Ante la tasa de incidencia del COVID-19 en la provincia de Ciudad Real, en el día de ayer, la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha decretaba el confinamiento perimetral de todos los municipios de la provincia.
La resolución adopta medidas especiales Nivel III reforzadas con medidas adicionales, entre las que se encuentran el cierre de bares, restaurantes, cafeterías, pubs y otros establecimientos similares, a excepción de aquellos que en virtud de sus especiales características presten un servicio que se pueda considerar esencial o no sustituible.
Sin embargo, el listado no exonera de la aplicación de la norma a los establecimientos que ofrezcan servicios a los profesionales del transporte, quienes se ocupan, por ejemplo, de procurar el abastecimiento de la sociedad en su conjunto o de hacer llegar en óptimas condiciones, las tan ansiadas vacunas para el COVID, cuestiones, sobre las que no cabe discusión alguna en cuanto a su importancia.
Ante esta circunstancia, el presidente provincial y regional de los transportistas y de la Federación Empresarial de Ciudad Real, Carlos Marín, se ha puesto en contacto con la Consejería de Fomento, desde donde se ha asegurado que a lo largo del día de hoy, se haría pública esta excepción, autorizando la apertura de, al menos, locales hosteleros de las áreas de servicio, donde los transportistas puedan comer y asearse, evitando así repetir la lamentable situación que este sector ya vivió con la primera ola de la pandemia y que, recordemos, fue declarada actividad esencial.
Paralelamente, Marín, apela a la comprensión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en este aspecto para que “flexibilicen” la inmediata aplicación de estas medidas, en tanto y en cuanto se publique dicha excepción.
