Los jefes de Estado y de Gobierno de los países europeos se reúnen hoy y mañana en Bruselas para celebrar el Consejo en el que deben acordar un aumento del objetivo de reducción de emisiones de la UE para 2030
España debe alinearse con los países que defienden los objetivos más ambiciosos y sin trampas
En un contexto en el que la credibilidad climática de la Unión Europea pende de un hilo, activistas de Greenpeace en Bruselas han colocado un globo aerostático de 27 metros junto al edificio en el que en estos momentos se reúnen jefes de Estado y de Gobierno de toda Europa para asegurarse así de que leen su mensaje “¿En qué planeta vivís?” desplegado en varios idiomas en una pancarta de 10×7 metros. Los ecologistas denuncian la falta de impulso de unos compromisos europeos desinflados, justo cuando más se necesita valentía y ambición para alinearse con las recomendaciones científicas.
Se espera que, en este Consejo Europeo, que tendrá lugar hoy y mañana en Bruselas, los Gobiernos acuerden un aumento del objetivo de reducción de emisiones de la UE para 2030, tal y como exige el Acuerdo de París, pero lo que está en juego es si ese nuevo objetivo será todo lo ambicioso que se necesita para que Europa lidere la lucha mundial contra el cambio climático y si no se verá desinflado en la práctica a base de permitir trampas como la compensación de emisiones.
Esta cumbre tiene lugar en mitad de una disputa sobre el nuevo presupuesto de la UE y el fondo de recuperación por la COVID-19. Los Gobiernos de Polonia y Hungría se niegan a que el acceso a los fondos esté condicionado al respeto del Estado de derecho.
Casi cinco años después de que la UE adoptara el acuerdo climático de París y un año después de que la Comisión Europea presentara un Pacto Verde Europeo, Greenpeace acusa a los Gobiernos de seguir anteponiendo el greenwashing sobre la ciencia climática. La mayoría de los Gobiernos respalda una reducción del 55% en las emisiones de la UE para 2030 respecto a 1990, pero varios países de Europa central y Europa del Este han solicitado fondos para gas y energía nuclear a cambio de su apoyo. La posición de Gobiernos como el de España puede ser clave para que el acuerdo no se vea lastrado por las pretensiones inaceptables de países como Hungría y Polonia.
“Describir como un logro un objetivo climático del 55% lleno de trampas sería como celebrar una victoria en un maratón cuando todavía estás a diez kilómetros de la línea de meta. La comunidad científica advierte de que las emisiones de la UE deberían reducirse al menos dos veces más rápido que ahora para no limitar a 1,5 ºC el aumento de la temperatura global y evitar una catástrofe climática. Esto significa que no hay espacio para combustibles fósiles como el gas, las granjas industriales o tecnologías costosas y peligrosas como la energía nuclear”, ha señalado el asesor de política climática de Greenpeace para la UE, Sebastian Mang.
La ONU estima que los Gobiernos deberían reducir las emisiones en al menos un 7,6% cada año para tener la posibilidad de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC. Un objetivo de reducción de emisiones del 55% en 2030 supondría una reducción anual de solo el 5%.