El pasado sábado, la patrona de los marineros fue sacada en procesión sobre las aguas del pantano en una tarde de calor, aunque la leve brisa y el fervor de los fieles del Club Náutico Castilla, aliviaron un tanto la travesía de las 60 embarcaciones que siguieron a la Señora.
Hace cuarenta y nueve años, en 1970, los fieles a la Virgen del Carmen comenzaron a celebrar esta procesión marinera que transcurre por las aguas del embalse de Entrepeñas en honor a su patrona. Aunque en alguna edición esta tradición fue a menos, hace ocho años se relanzó nuevamente con el impulso del Club Náutico Castilla, la Urbanización Las Anclas y la colaboración del Ayuntamiento de Pareja.
Esta festividad es una procesión singular, por realizarse en aguas de interior, peculiaridad que la diferencia de tantas otras que desde tiempos remotos vienen realizándose en muchas poblaciones del litoral español, como muestra de cariño de los marineros hacia su patrona por la protección que les ofrece cuando salen a la mar.
Para el presidente del Club Náutico y, a su vez, vocal de la Entidad Urbanística Colaboradora de la Urbanización Las Anclas, Francisco Domínguez Moliner, la procesión marinera del pasado sábado, día 20 de julio, fue “un día entrañable, para nosotros es un honor procesionar con la Virgen del Carmen y colgarle el escapulario. Es algo especial que tantos barcos puedan navegar a tan solo 130 km. de Madrid por un pantano que, aunque el nivel del agua ha bajado bastante este mes, tiene un caudal mayor del que pensábamos”.
Este año, alrededor de 60 embarcaciones, la mayoría motoras, se concentraron en el lugar conocido como ‘El Cuerno del Rinoceronte’, para iniciar la procesión marinera que desembocó en el Club Náutico Castilla. A continuación, se celebró la santa misa en la ermita de la Urbanización Las Anclas, cuya capilla está dedicada a la advocación de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, y posteriormente se ofreció un aperitivo en las instalaciones del club.
La Virgen del Carmen, una figura preciosa tallada en madera, adecuadamente engalanada, era sacada desde la capilla en la que habita todo el año por sus numerosos fieles, que la llevaron hasta una de las embarcaciones del club, donde también subió a bordo, Javier Lucia, el párroco de Pareja. La salida la anunciaron los tres toques de bocina pertinentes del barco presidido por la efigie de la virgen, que avisó de la inminente partida al resto de embarcaciones presentes y al público que admiraba desde la orilla tan especial comitiva, acompañada de los compases del himno nacional.
En el desfile, los barcos respetaron el orden previamente determinado, Inmediatamente detrás de la Virgen del Carmen, se situaron los veleros que acompasaron la marcha del resto; más atrás, las embarcaciones motoras que cada año van aumentando su número. En total, fueron unos 60 barcos los que surcaron las tranquilas aguas del embalse de Entrepeñas, homenajeando a Nuestra Señora, la Virgen del Carmen.
De regreso al pantalán del Club Náutico, a partir de las ocho y cuarto de la tarde, Javier Lucía, ofició la ceremonia religiosa en la capilla de Las Anclas. Como todos los años, el alcalde de Pareja, Javier Del Río, y los concejales, Ricardo Fernández e Inocente del Río acompañaron a los fieles en esta emotiva celebración en Las Anclas, orgullosos de que esta tradición siga manteniéndose.
La imagen de la Virgen del Carmen de Pareja la adquirieron los miembros del Club Náutico con motivo de la boda de uno de los hijos del que fue promotor de la Urbanización y presidente del Banco de Valladolid. A nivel nacional, en el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen a lo largo y ancho de la geografía española, fue el almirante mallorquín Antonio Barceló el que promovió su celebración entre la marinería que él mandaba. Desde entonces, la marina española fue reemplazando paulatinamente el patronazgo de San Telmo por el de la Virgen del Carmen.
