30 años después de la muerte de Salvador Dalí, tal vez el más universal de los artistas catalanes, su heredero universal sigue despreciando la herencia aceptada.
En la contraportada, aparecen una serie de preguntas que el libro trata de responder:
¿Por qué Salvador Dalí otorgó testamento instituyendo – universal y libre, de todos sus bienes, derechos y creaciones artísticas, al Estado Español, con el fervoroso encargo de conservar, divulgar y proteger sus obras de arte-, en lugar de hacerlo a la Fundación Gala-Salvador Dalí, que el artista presidió hasta su muerte?
¿Qué ha sucedido con la capilla consagrada a la escultura de bronce de San Jorge matando al dragón, obra de Salvador Dalí, en el claustro de la Catedral de Barcelona el día 23 de abril de 2016?
¿Dónde está hoy la escultura monumental de bronce donada a la Catedral de Barcelona (23/04/2016) para homenaje del maestro y disfrute de todos sus visitantes?
¿Por qué no se incluyeron obras de Salvador Dalí en la exposición Cien años de cultura catalana 1880-1980 celebrada en Madrid en 1980?
¿Qué pretendía realmente el Ayuntamiento de Madrid al expoliar parcialmente en 2003 la plaza que Salvador Dalí había construido en Goya en 1986 y había dedicado al Alcalde Tierno Galván?
¿Alguien sería capaz de imaginar que el Ayuntamiento de Roma expoliara en el siglo XXI el empedrado de la Plaza del Campidoglio, proyectada por Miguel Angel?
El autor del libro, Francisco Lara, diseñador de joyas que fundó y dirigió las galerías de arte Pau d´Arara en Sitges (Barcelona), Madrid y Segovia, desde 1999 a 2009, comisarió la exposición Salvador Dalí-ESCULTURAS en Brasilia, durante 2014, coincidiendo con el 25 aniversario de la muerte de Dalí y la celebración de la Copa del Mundo de Fútbol en Brasil.
El periodista y cineasta Miguel Angel Nieto, autor del reconocido documental La verdadera historia de los falsos Dalí, producido por TVE https://vimeo.com/138135209, en el prólogo del libro dice:
“La calidad probatoria de la documentación aportada y referenciada en este libro por Francisco Lara Mora no tendría problema alguno en pasar los filtros de una máquina de la verdad si la conclusión definitiva fuese, como así parece ser, que por inacción u omisión el Estado Español –es decir, todos los españoles– hemos sido despojados de la fascinante y multimillonaria herencia que Salvador Dalí nos legó en 1989, en el momento de su muerte”.
“Este libro se refiere casi exclusivamente a una parte de la obra del pintor cuyos aspectos técnicos y legales apenas son conocidos por el público: la Colección Clot, 44 piezas escultóricas realizadas directamente a mano por Dalí mediante la técnica de fundición a la cera perdida. La información y la documentación que Lara Mora aporta respecto a esta colección se puede resumir en pocas frases, a cuál más demoledora…”.
“Este libro insiste en dos ideas importantes. La primera es que el Estado Español es, testamentariamente, el heredero universal de la obra de Dalí. La segunda es que el Ministerio de Cultura cedió la gestión de dicha herencia a una institución privada, la Fundación Gala-Salvador Dalí, que con los años parece haberse convertido en una sospechosa puerta giratoria en cuyo patronado han ido ocupando sillones desde la Infanta Cristina (hermana del Rey Felipe VI), hasta Narcís Serra (ex alcalde de Barcelona, ex Ministro de Defensa y ex Vicepresidente del Gobierno de España) o Miquel Roca Junyent (uno de los padres de la Constitución Española de 1978 cuyo bufete, por cierto, ha actuado como “defensor” de la propia Fundación)…”
Tras la lectura de este minucioso trabajo de investigación, cualquier lector avezado deducirá la intención de Lara Mora, que no es otra que contribuir a poner orden, en este caso en torno al legado escultórico del artista. Ese orden que pretende el autor, debería haber sido tarea prioritaria de la Fundación Gala-Salvador Dalí, que en este sentido no ha hecho nada. Y debería haber sido también objeto de investigación por parte del único heredero legal de la obra del artista, el Estado Español, y por delegación el Ministerio de Cultura.
“Como todavía no está hecho, Lara Mora, contribuye con esta investigación a facilitar la tarea de poner orden al recorrido multimillonario de las 44 obras que conforman la Colección Clot. Ese orden que propone el autor beneficiaría a todas las partes. Colocaría a la Fundación en su lugar, como vigilante y garante de la herencia de Dalí, obligándola a seguir el rastro de cada una de las piezas de la colección para reclamar así la parte de corresponde al Estado; y permitiría al Estado obtener lo que patrimonial y legalmente le corresponde: una pieza original de cada una de las reproducciones que se han hecho de las esculturas de Dalí. No parece que sea mucho pedir el hecho de reclamar lo que por Ley nos pertenece.”