El alcalde de Manzanares ha puesto en valor el trabajo que la asociación hace con la veintena de usuarios que alberga en sus instalaciones
El próximo 13 de noviembre se cumplen 23 años de la llegada de Basida a Manzanares (Ciudad Real); desde entonces, la localidad cuenta con una casa de acogida para enfermos de sida, rehabilitación de personas con problemas de adicción, o enfermedades, incluso terminales. Con la ayuda del voluntariado fijo y ocasional se da apoyo sanitario, social y de alojamiento. El Ayuntamiento de Manzanares colabora financiando una parte de estas actuaciones, un compromiso que Julián Nieva, acompañado de los concejales Beatriz Labián y Pablo Camacho, ha reafirmado durante la visita a las instalaciones.
Con “satisfacción”, el primer edil ha puesto en valor el trabajo que se desarrolla en Manzanares desde hace más de dos décadas, y ha felicitado al personal que participa en la asociación, que ronda las veinte personas fijas, además de los colaboradores puntuales. “Sobre esa base debemos insistir en la necesidad de que todos juntos tenemos que hacer una sociedad más justa, libre e igualitaria. Y las sociedades también se tienen que evaluar por la capacidad de atender las necesidades de los que más lo necesitan”, apostilla Nieva.
En este marco se encuentran las personas a las que atiende Basida, y que necesitan del apoyo de la sociedad, “y ahí es donde nosotros creemos en ese apoyo, y donde seguiremos las instituciones”, subraya el alcalde manzanareño. Por ello, Julián Nieva, le ha insistido a la presidenta nacional de Basida, Visitación Adán, durante la visita, que el consistorio participará en todas las mejoras que pueda ya que “revierte en las personas de nuestra sociedad, que es, en definitiva, a los que nos debemos todos”.
Una de las tres casas de Basida
La casa de acogida de Basida en Manzanares forma parte de las tres instalaciones nacionales que la asociación tiene. Fue la segunda en instalarse, tras la sede central de Aranjuez, y antes de la de Ávila. En todas las dependencias se realizan las mismas actuaciones, si bien en Manzanares el perfil de los usuarios ha ido cambiando con el tiempo, pasando de haber más personas en tratamiento por toxicomanía o sida, a tener mayor número de personas con otras enfermedades.
La capacidad de la casa permite hasta 18-20 personas simultáneas que comparten zonas de convivencia, gimnasio, salón de actos, o talleres ocupacionales que les permiten dinamizar mucho la vida en la casa, tal y como asegura la presidenta Visitación Adán
