Tras cuatro jornadas de intensa actividad en las que la música ha sido la protagonista en la localidad de Manzanares (Ciudad Real), se cierra con éxito la presente edición de este curso con el Concierto Final, en el que el alumnado de las diferentes especialidades se pusieron bajo la batuta de los alumnos de técnica de dirección.
Mejor sabor de boca no ha podido dejar entre todos los participantes la nueva edición de este curso que sigue consolidándose como referencia nacional en el ámbito de la formación musical estival y en el que, haciendo uso de la propia nomenclatura del mismo, la perfección también se va visibilizando en todos los ejes que lo vertebran: participación creciente, una altísima calidad mostrada en los escenarios de los diversos conciertos celebrados y eficacia en la organización.
Unos ciento veinte alumnos han aprovechado estos cuatro días su paso por Manzanares para mejorar sus destrezas musicales en las diferentes especialidades instrumentales y en la de técnica de dirección. Por parte de la organización, el nivel de satisfacción es muy alto en este campo ya que todas las modalidades formativas han salido adelante, incluyendo la novedad de contrabajo. Alumnado procedente de toda la geografía nacional, de todos los niveles al poder optar por la modalidad de activo u oyente y de todas las edades, han tenido cabida en el programa de actividades formativas y concertísticas diseñadas por el Director del curso, Pedro M. Delegido. Incluso el alumnado benjamín, muchos de ellos hijos y nietos de componentes de la asociación que se están iniciando en la música, se han animado a participar en estas jornadas empapándose del fantástico ambiente vivido durante las veinticuatro horas de cada una de ellas, disfrutando de las clases, del compañerismo y de las actuaciones desde otro prisma y estimulándoles a seguir volcándose en su formación como futuros intérpretes. El elenco del profesorado ha sido inmejorable tras un feed-back con el alumnado en el que han manifestado la dedicación del mismo a la hora de transmitirles sus conocimientos y consejos para hacer de ellos mejores músicos, como la autonomía para convertirse en su propio profesor optimizando el aprendizaje, y lecciones no solo aplicables al ámbito musical, también a la vida en general que harán de ellos grandes intérpretes y personas, porque en este curso el aprendizaje musical y el de valores van de la mano.
Dicha calidad musical se hizo latente en el concierto ofrecido por el profesorado la noche del viernes veintisiete de julio en el Gran Teatro, donde el público se asombró y vibró con la extraordinaria capacidad de llenar todo el teatro gracias a los momentos de delicadeza y tensión, virtuosismo y versatilidad técnica que sacaron a sus respectivos instrumentos. Sin duda, ha sido todo un lujo disfrutar de lo mejor que hay ahora mismo en el campo de la interpretación en nuestro país y que siguen año tras año apostando por su participación en este evento. Al día siguiente le llegó el turno al alumnado, que en diferentes ensembles animaron la noche del sábado en la Lonja de la plaza de San Francisco con el repertorio trabajado en las clases colectivas y donde grandes y pequeños, profesores y alumnos compartieron atril. El domingo por la noche se puso el broche de oro con el Concierto Final en el Gran Teatro, donde el alumnado de Técnica de Dirección supo transmitir visualmente su impresión sobre los sonidos, así como canalizar la energía de los músicos de una numerosa banda que arrancó el aplauso entusiasmado del público.
Otro de los pilares de este proyecto, la organización, sigue mejorando edición tras edición para optimizar el aprovechamiento del tiempo durante estos cuatro días en torno a las diferentes modalidades de clases individuales y grupales, ensayos y prácticas con la banda además de con un ensemble montado para sacar más partido a las clases prácticas de Técnica de Dirección. Destaca positivamente la planificación de las diferentes actividades que ha permitido llegar a todo con más desahogo que en anteriores ediciones llegando incluso a incrementar el número de propuestas lectivas y concertísticas, como es el caso del concierto ofrecido por las modalidades de oboe y fagot, dadas las singularidades de estas especialidades, el sábado al mediodía en la cueva del Centro Cultural Ciega de Manzanares. No ha faltado una especial atención a las familias del alumnado que se han alojado estos días en la localidad con actividades culturales propuestas por la organización y en estrecha colaboración con el Ayuntamiento, realizando una visita turística por los principales lugares de interés, así como los museos que alberga.
Tras la finalizar el programa, el Director Artístico, Pedro Manuel Delegido, dedicó unas emocionadas palabras a todos los participantes en este ambicioso proyecto ideado por él hace cinco años, ya que esta edición será su última con este rol, pero no así como colaborador. Si su labor en esta localidad ha calado en los corazones de sus ciudadanos, no cabe la menor duda de que Manzanares y la AMC habrán hecho lo propio en el suyo y de que seguirá realizando valiosas colaboraciones. Siempre les estarán inmensamente agradecidos por su intachable labor como Director. Le relevó en el atril el presidente de la asociación y alma mater de la misma, Cristóbal Díaz Peñalver, haciendo hincapié igualmente en todos los que han apoyado desde múltiples frentes la celebración de este curso: el magnífico nivel del profesorado, muchos de ellos habituales ya, como ocurre con el buena parte del alumnado inscrito, de los diferentes organismos e instituciones públicos (Ayuntamiento, Diputación…) así como de empresas privadas, sin cuya labor la calidad de este evento no se hubiera podido ofrecer, garantizando entre todos el apoyo económico e infraestructuras y recursos necesarios para asegurar la máxima calidad y atención. Tras otras sentidas palabras de Cristóbal, fue Dª Silvia Cebrián, Concejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Manzanares, la que se unió a las felicitaciones y agradecimientos al incuestionable equipo humano que ha hecho posible que este proyecto culmine con resultados más que satisfactorios. Los tres coincidieron en destacar la imprescindible labor del grupo de voluntarios formado por músicos y familiares de la asociación, cuya ilusión, esfuerzo y entrega no ha faltado a la hora de satisfacer en todo momento las diferentes necesidades y demandas surgidas durante estos cuatro días.
Sin duda, sobre estos tres pilares, participación, calidad y organización empieza a rodar ya la maquinaria que pondrá en marcha la sexta edición de este Curso cuya seña de identidad que va arraigándose con más fuerza es su capital humano. En todos los sectores, los vínculos se refuerzan gracias a que el proceso de enseñanza y aprendizaje no es incompatible con la cercanía y humildad del magnífico profesorado con toda la comunidad formada por ellos mismos, alumnado, familias, miembros de la directiva, y a un trato cada vez más cercano donde la ilusión, la dedicación, el cariño, y, como así manifiesta su presidente, la locura son el combustible para mantenerlo vivo.
