El presidente de la Diputación, Benjamín Prieto, ha vuelto a participar en esta romería, tal y como viene haciendo desde hace casi veinte años, acompañando a los miles de personas de toda la comarca de Iniesta que se han dado cita en ella
El corazón de La Manchuela conquense está de fiesta. Y es que en este Domingo de Pentecostés miles de personas se han vuelto a reunir en torno a la devoción de la Virgen de Consolación, encontrándose entre ellas, Benjamín Prieto, presidente de la Diputación de Cuenca, quien no ha faltado a su cita con la romería de la Patrona de Iniesta, tal y como viene haciendo desde hace casi veinte años.
Una manifestación mariana, declarada de Interés Turístico Regional en 2008, que, según ha subrayado Prieto, se convierte en punto de encuentro de vecinos y visitantes de toda la comarca y en momento ideal para pasar una espléndida jornada en un ambiente festivo y de devoción, en la que hacer balance del último año vivido y estrechar lazos con familiares y amigos.
Es por ello que ha querido felicitar y alabar el esfuerzo de todas aquellas personas que ha permitido mantener viva hasta nuestros días esta bella tradición en torno a la Virgen de Consolación, cuyo Santuario se ubica en un punto neurálgico de La Manchuela, entre los términos municipales de Iniesta, El Herrumblar, Villarta y Villalpardo.
Una fiesta en la que se materializa los lazos de unión de las personas con sus costumbres y creencias, y, en consecuencia, con sus raíces, que forman parte de su patrimonio cultural inmaterial; una herencia que, para Prieto, bien merece la pena no solo conservar, sino también defender y promocionar, máxime en un año tan especial como éste declarado Año Europeo del Patrimonio Cultural.
Miles de personas han vuelto a acompañar a la Virgen de Consolación, portada a hombros, en su recorrido de más de 17 kilómetros, desde la iglesia parroquial de Iniesta hasta su Santuario, participando una vez allí en la tradicional misa en honor de la Patrona, para, a continuación, disfrutar de un día de campo en ese bello paraje de gran riqueza natural y paisajística. Todo un punto de encuentro y hermanamiento de La Manchuela conquense, que se viene reviviendo año tras año desde el siglo XVI y que, a juicio de Prieto, se ha