El presidente de la Diputación de Cuenca acudía a Masegosa como pregonero de una jornada que rinde homenaje a este arraigado ritual
Doce años lleva esta localidad celebrando el Día de la Matanza que concluye, al mediodía, con una comida popular
Benjamín Prieto, presidente de la Diputación de Cuenca, era el encargado de pregonar, el Día de la Matanza en la localidad de Masegosa. Organizado por la Asociación Cultural Mansiegona, durante toda la mañana se celebra el ritual de esta arraigada costumbre que culmina, al mediodía, con una comida popular.
Prieto agradecía, en primer lugar, al coordinador de la revista ‘Mansiegona’, Jorge Garrosa, el ofrecimiento que, hacía unos meses, le realizaba para pregonar este día tan especial, “os felicito por cumplir ya diez años y por el mérito que tenéis al haberos convertido en altavoces de los valores, historia y recursos de esta rica y, desconocida para muchos, zona de la provincia de Cuenca”, apuntaba. Destacaba el presidente de la Diputación, también, la labor de la Asociación Cultural presidida por Francisco Javier Mayordomo, “habéis desempolvado decenas de papeles y sacado a la luz gran parte de la historia de la comarca, además de su intrahistoria, aquella que protagonizan personajes importantes y curiosos de esta tierra y también, como no, puesto en valor y recopilado un auténtico inventario de los recursos naturales con los que contamos”, afirmaba.
“La Matanza la he vivido desde pequeño, aunque mi pueblo natal, Fuentelespino de Haro, esté en las latitudes manchegas, tengo el convencimiento de que no difiere en mucho el ritual casi sagrado que se organiza y dispone en un día así”, señalaba Benjamín Prieto, quien recordaba cómo con tan sólo 3 años comenzaba a vivir y disfrutar de esta tradición, “no sin antes haber observado pacientemente durante meses la cría del cerdo o gorrino en el propio corral de mi casa y en la de mis abuelos. Cuantos viajes a llevarles agua, harineta, salvao…”. Prieto describía la matanza como “un auténtico acontecimiento social, que no era cuestión de un solo día, un ritual que se convertía en unas jornadas de convivencia que une y fortalece nuestras costumbres”.
Quiso evocar también, Prieto de su niñez, la perfecta organización y distribución que las familias y vecinos realizaban en las tareas que implicaban la matanza y la posterior elaboración de todas las viandas que de ella se derivaban, las suculentas comidas alrededor del fuego o así como la labor de los veterinarios, “que yo asociaba en aquel entonces única y exclusivamente a ese día”. “Dicen que somos lo que aprendemos de niño y, si es así, soy lo que aprendí en jornadas como ésta. Nada de lo que me rodea es ajeno y lo que quiero trasladar en este pregón es que nuestro potencial y valores nos tienen que dar aliento y fuerza para hacer frente a cualquier circunstancia”, apuntaba.
Para finalizar, el presidente de la Diputación mostraba, de nuevo, su gratitud por haber sido honrado como pregonero en un día tan significativo, “gracias por haberme hecho un hueco en vuestro pueblo y en vuestra asociación. Os deseo que sigáis teniendo ilusión para trabajar y emplear vuestras fuerzas en esta zona tan bella de Cuenca. Que la lumbre de esta matanza y el calor que desprende nos de ánimo para recorrer el camino y que sirva de homenaje para todos aquellos que nos inculcaron el amor por nuestra tierra”.